Creado en: enero 15, 2022 a las 11:13 am.
Homenaje a una cimarrona
A una cimarrona de la poesía y el pensamiento, la poeta Georgina Herrera, recientemente fallecida, brindó homenaje la UNEAC en la sala Villena de esa organización. La cita fue auspiciada por la Sección de poesía de la Asociación de Escritores, el proyecto Cubapoesía y el Instituto Cubano del Libro.
Un panel, integrado por la poeta y ensayista Caridad Atencio, el historiador Roberto Ramos Cartaya y la directora de programas de radio Caridad Martínez González, comentaron de su vida y obra.
Caridad Atencio realizó un recorrido por su obra poética en la cual consideró que hacían eco el dolor de la prestancia, la remembranza, la fugacidad del tiempo, el amor y la maternidad, entre otros atributos que ella misma tejía y destejía. Parten todos esos elementos, según Atencio, desde el universo femenino.
Refirió también ese mundo particular de la extinta intelectual, emergido desde la conciencia de la naturaleza social distinta con la que se asoma al mundo una familia negra como la suya. Su condición de mujer negra, dentro del cosmos femenino que esboza en su creación literaria, dibuja la naturaleza de la mujer, no solo la innata, sino la que tiene que fingir, subrayó la panelista.
Por su parte, el joven historiador Roberto Ramos Cartaya, asomó la mirada nostálgica del amigo cercano y el criterio valorativo de la huella inmarcesible de Georgina. “Su obra, su legado, nos deja muchas lecturas, sobre todo, para poetas, escritores y todo aquel que pretenda acercarse a la literatura, particularmente a la poesía y a la radio. No puede dejar de sernos más útil Georgina”, dijo.
Ese legado de la poeta entroniza y reivindica, en su opinión, el rol de los esclavos arribados a Cuba. El lugar del sujeto negro ocupa en ella una reivindicación constante de los aportes del negro a la cultura cubana. No es insustancial su poesía en ese sentido, tampoco queja, sino exaltación a valor de la negritud, aseguró.
“No necesitó premios nacionales, aun mereciéndolos, no le hicieron falta. A Georgina la premia la vida y aquellos que deseamos aprender sobre la cultura cubana”, concluyó.
A la compañera de trabajo, devenida luego amiga y hermana, dedicó palabras la directora de programas Caridad Martínez. Ambas se conocieron en Radio Progreso, donde Georgina sentaría cátedra como directora, aunque comenzó como copista. Su talento era natural y Caridad lo descubrió al mostrarle esta un libreto de novela. Refirió el éxito de su primera novela y la veta poética en esta.
En el homenaje se escuchó la voz en off de Georgina hablando de su niñez. El poeta y performance Israel Domínguez, interpretó un poema de su autoría dedicado a Georgina. Igualmente se comentó el libro Oriki para Georgina (Colección Sur Poesía, 2017), una pequeña selección bilingüe de varios de sus textos poéticos.
Alberto Marrero, presidente de la Asociación de Escritores, destacó la humildad de Georgina con los jóvenes poetas, así como su estímulo para que creciecen.
Al homenaje asistió Marta Bonet, vicepresidenta primera de la UNEAC; Pedro de la Hoz, vicepresidente, así como familiares de la homenajeada y una pequeña representación de intelectuales.