Creado en: febrero 10, 2022 a las 09:07 am.

Cuba y Uyuni en recíproca alegría

Alexander Abreu –tercero de izquierda a derecha— dijo sobre Uyuni –segundo igual orden—, “tenía todos los ingredientes del son”. Foto del autor.

Después del éxito del Buena Vista Social Club1, en el cual la música cubana más autóctona – el son, la guaracha, el bolero y la vieja trova—, tratada de una manera melódico-rítmica particular y destacada por el acompañamiento y solos de la guitarra de Ry Cooder, ha llovido bastante.

Se demostró que, en el panteón de nuestra más raigal manifestación artística, la música, no había que transformala o experimentar demasiado para interpretar y que llegase a los grandes públicos2. Con el Buena Vista se comprobó que aún resuena en el orbe ese modelo clásico del son –en cuanto a su cédula rítmica original—y lo popular. Aunque en un sector importante, la juventud, es tarea pendiente su acercamiento.

En mi opinión, por motivos diversos una parte de los jóvenes no les cautiva. Tal vez, es mi especulación, gustos generacionales, planes de estudios en las escuelas de arte donde la música popular es subordinada al canon europeo, entre otras, constituyen posibles causas. Pero, quién mejor que los retoños para continuar este legado, entre otras estrategias3.

Un joven trompetista cubano, nacido en la cuna del son, Santiago de Cuba, se ha dado a la tarea. Uyuni Martínez Romero, integrante de la orquesta Habana D’ Primera, acaba de presentar su primer disco en solitario y lo ha hecho con altos quilates estéticos. El cd Cuba-Ayo, rubricado por Producciones Abdala, fue presentado recientemente en la sede de esa disquera. La palabra ayo significa alegría en lengua yoruba.

En el lanzamiento estuvieron presente Andrés Peñalver, gerente técnico de Abdala, el trompetista Alexander Abreu, director de Habana D’ de Primera; Amaury Pérez Rodríguez, participante de la grabación y el cantante Mayito Rivera, uno de los invitados a la producción musical.

Uyuni, graduado de nivel elemental y medio en la escuela profesional de arte santiaguera José María Heredia y luego del ISA, es el compositor de los temas reunidos en el fonograma y arreglista de ocho de ellos. El resto de los arreglos corresponden a Roberto Linares (El Seña) y Leonardo Teruel. Apeló al tradicional formato de septeto trompeta: tumbadoras, bongó, tres, guitarra y bajo acústico.

Luego de más de 12 años de trabajo en Habana D’ Primera, la inspiración lo asaltó. Según narró, en las noches le llegaba la musa y componía. Alexander Abreu, le escuchó unos temas. Lo conminó a hacer más y asumió la producción musical. “Tenía todos los ingredientes del son cubano: humor, doble sentido, picardía, todo, pero, con un lenguaje más moderno buscando la forma de cautivar a los jóvenes para que sientan esa música”, dijo.

Abreu también propuso la cubierta del cd sobre un dibujo de las hijas de Uyuni, Flabia y Paola Martínez Vázquez. El disco fue grabado el pasado año 2021 en los Estudios Abdala y Silde Record Studio, en medio de los retos que ha significado la pandemia sin que por ello se perdiera vitalidad en la creación y resultado de lujo. Se comercializará internacionalmente por Páfata Productions.

De los invitados, además de Mayito aparecen Mandy Cantero, Isaac Delgado y el propio Abreu. En la grabación, junto a Amaury Pérez Rodríguez, participó Jorge Gabriel Benítez Herrera, quien corrió a cargo también con la mezcla. En la masterización estuvo Orestes Águila. Como curiosidad, se grabó en vivo el canto de un gallo que aparece en uno de los temas. Aciertan esta constelación de estrellas con los propósitos de Uyuni

Es un trabajo musical donde lo cubano resalta por antonomasia. “Usé en las letras de la música lo que le gusta al cubano: el dicharacho, la picardía. Todos se van a sentir identificados”, aseguró Uyuni. Un detalle importante: aunque, en última instancia el escucha es el principal juez de cualquier producto artístico, hubiese sido beneficioso unas palabras de introducción al volumen que no cuenta con ellas. Será para la próxima.

Desde El paquete hasta Te regalo la i

Al escuchar los tracks de esta placa me remonto a mi natal Mantilla, barrio habanero fiestero y musical. Allá, en la década de los 70 del siglo pasado, los muchachos sudábamos con lo último de los Van Van y la Ritmo Oriental. Pero sucumbíamos también ante el Suavecito del Septeto Nacional Ignacio Piñeiro y los sones de la Big Band o Banda Gigante del Benny, otro que experimentó sin perder la esencia cubana. La música de Uyuni causa ese mismo placer de antaño.

Corren por las pistas el gracejo criollo desde esta nuestra contemporaneidad. La melodía, almibarada por el rasgado del tres y los mambos de la trompeta. Llama la atención el orden de los temas, acertado, conducen al escucha a un in crescendo de placer.

Comienza el viaje musical por El Paquete, esa manera que tenemos los cubanos de discurrir sobre el mentir al que llamamos así. Lo canta Alexander. Particular la interpretación de Isaac Delgado en Deja el Tikitiki. Logrado el empaste de su timbre particular de salsero-sonero, con el ritmo y la melodía.

El choteo criollo, en el ahora y aquí el famoso “cuero o chucho”, lo pone Uyuni el tema El Feo, bien defendido por Mandy Cantero y esa explosividad interpretativa que lo caracteriza acompañada de una improvisación espectacular.

En Sembrando Mentiras, Mayito Rivera se lleva las palmas. Es este uno de los temas que recuerdan el modelo clásico del son, al estilo impuesto por Arsenio Rodríguez o Chapotín y la voz de Miguelito Cuní. Es el tema El Gallo, uno de los más alante en el llamado “aire”, más cercano a los tiempos actuales, pero, sin perder el código sonero. Aquí Alexander y Mandy hacen gala en las improvisaciones.

Para refrescar La Fe, esa que salva y consuela, aquí nos hace reflexionar sobre el amor de pareja. Mayito le pone voz y esencia “victrolera” desde estos tiempos a este bolero. La mala suerte, otro de los temas, trae el recuerdo de la manera de componer y sazonar la música de Ñico Saquito. Por suerte, y muy buena, ambos impregnan de gracejo rellollo sus creaciones, salvando distancias y épocas. Alexander lo recrea.

A dúo Mayito e Isaac pichean en zona de strike, bajito y pega’o como dice uno de los coros de en Cambio de bola, otro son sobre un dicharacho popular traído del béisbol. Otro tanto sucede con La jineta, cantada por Mandy Cantero y Te regalo la i, interpretada por Abreu, otra de las pistas bien alante en aire.

Quiera el buen proceder que este cd no se empolve en algunos estantes de centros de expendas culturales, la mayoría en moneda dura o a precios poco accesibles, o tengamos que descubrirlos cuando algún buen samaritano promotor de la música popular, lo destaque en un programa de radio –la mayoría de las veces, especializado— porque, en los demás medios está ausente; excepto las redes, donde probablemente, se encuentre información del mismo4.

Afirma el joven compositor que mantendrá esa línea de trabajo, es decir, lo tradicional. Vale la pena que lo siga. Por el momento Uyuni comparte, de corazón, alegría con Cuba y Cuba, de corazón, se alegra con Uyuni.

Uyuni junto a músicos invitados y especialistas que trabajaron en el disco. Foto del autor.

1 Refiero el fenómeno musical de honda cubanía que constituye este proyecto y, por supuesto de marketing. Qué mejor imagen a vender que unos septuagenarios y octogenarios haciendo buena música, entre otros atuendos.

2 Me refiero aquí al hecho de la experimentación en la música cubana, los nuevos aires con la fusión, el pop y otros géneros e incluso, hasta el reguetón, sinllegar a demeritar el hecho artístico que representan esas corrientes.  

3 La tan añorada Cátedra de Música Popular, recién creada en el ISA, debe contribuir en este empeño. 

4 Por cierto, los productos musicales, hoy en día, tiene especial preponderancia en diversas plataformas comerciales como Spotify y Amazon. Independientemente de las reglas del mercado digital, para Cuba sigue siendo complicado. Estrategias tradicionales de comercio, distribución y promoción, deben incentivarse para que lleguen a la mayoría.

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