Creado en: marzo 24, 2022 a las 01:14 pm.
La Plaza del Himno
Cuenta el cronista español Antonio Perpiñá, en su libro El Camagüey: Viajes pintorescos por el interior de Cuba y por sus costas, que San Salvador de Bayamo fue por espacio de 70 años la comarca de mayor importancia agrícola de la colonia y «el emporio del comercio con la isla de Jamaica y Tierra Firme. Un desbordamiento furioso del Cauto, habido en el año 1616, eclipsó en parte sus glorias y su fortuna». (J .A. Bastinos, Barcelona, 1889, p., 275.).
En su periplo por la comarca, mucho antes de que los bayameses incendiaran la ciudad ―el 12 de enero de 1869―, el escritor apreció la existencia de cuarenta calles y nueve plazas: «La de Armas o de Isabel II, llamada también La Mayor, era la más regular de todas. Presentaba un rectángulo de 110 varas de longitud por 90 de mayor anchura; y en sus lados aparecían los edificios más respetables de la población…».
El gran incendio provocado de Bayamo es el motivo por el cual no existe esa arquitectura colonial que muchos visitantes esperamos ver, salvo los vestigios en la Catedral y otras edificaciones.
Perpiñá, al describir la Plaza de San Juan, la califica como la más espaciosa de la antigua villa: «era un ensanche de las calles de San Blas y de San Juan, al frente de la parroquia del mismo nombre…» (J .A. Bastinos, Barcelona, 1889, p., 275).
Las Plazas descritas por el cronista se mantienen esplendorosas, fruto de la intensa y minuciosa labor de los restauradores. Perpiñá retrató La Parroquial Mayor tal como la captó la cámara fotográfica: hermosa, sorprendente, pero ahora nuevamente renovada, a tal magnitud que la vieja edificación tiene hoy un aspecto joven.
La labor restauradora traslada al visitante a la época descripta por Perpiñá, pero que ahora es conocida por la Plaza del Himno, donde se yergue también el edificio de la nacionalidad.