Creado en: julio 27, 2022 a las 04:48 pm.
Trillo, adiós a uno de los grandes abstractos cubanos
Como una sensible pérdida para el arte cubano se recibió este miércoles la noticia del deceso en La Habana, del pintor Carlos Trillo, a los 81 años de edad, aquejado de un paro respiratorio.
Alcanzó nombradía por la coherencia con que se mantuvo fiel a la abstracción y, de manera muy particular, a la vertiente conocida como pintura matérica, de la que fue un maestro que conquistó reconocimientos entre la crítica y los amantes de esta manifestación artística.
Nacido en La Habana en 1941, su niñez y primera juventud transcurrió en los Estados Unidos. Tras el triunfo de la Revolución regresó a Cuba donde se dedicó ya por completo a la creación.
Dentro de la abstracción puso interés en el empleo de arena, cola, polvo de mármol, pastas, yeso, asfalto y madera carcomida en la composición de sus piezas bidimensionales, las cuales partían de la base de un ejercicio pictórico.
En su caso reorientó una práctica desarrollada por algunos de los más conspicuos artistas europeos adscritos al informalismo, para insertarla en un imaginario solo concebible en una atmósfera insular como la cubana.
Ello se hizo notar en la primera exposición personal de 1967, en lo que sería la Casa de Cultura de Plaza, pero sin lugar a dudas, por su atrevimiento y novedad, la marca Trillo se impuso con las muestras Ocres y azules (Biblioteca Nacional,1974) y Ana, el tiempo y los muros (23 y 12, 1982), y la serie Manhattan 97. Entretanto, cada participación suya en salones y exposiciones colectivas constituyó un aporte por su singularidad. De la pintura derivó hacia la escultura, con obras en concreto y metal de alto vuelo.
Miembro de la Asociación de Artistas de la Plástica de la Uneac, expuso más de una vez en la sede de la organización; la más relevante de todas aconteció en la galería Villa Manuela, que albergó en 2011 la muy celebrada colección Aquí vienen a dar todos los vientos.