Creado en: septiembre 16, 2022 a las 02:22 pm.
Un Bumerán que trae de vuelta los Orígenes a Bauta
La entrega número 95 de la peña Bumerán que en Bauta, pueblo de los Orígenes, conduce la poeta Mireisy García Rojas, fue un derroche de sentimientos y un bálsamo para quienes asistieron a este espacio habitual del municipio artemiseño. La anfitriona experta reunió, al amparo de la poesía y la música, las mejores intenciones.
La Comisión Aponte de la Uneac ejecutó un canto a Ochún, en homenaje a quienes cayeron en el cumplimiento de su deber en el terrible siniestro de la Base de Súper tanqueros en Matanzas, demostrando que la solidaridad es también uno de los valores de uso de la cultura. Como parte de la estrategia de promover en los municipios actividades vinculadas con el Programa Nacional contra la discriminación racial y fomentar el estudio de las tradiciones afrocubanas, fue convocada la virgen mambisa en su expresión sincrética a socorrer de nuevo a los necesitados de paz y conformidad.
Con igual fe y sentimiento que Emilio Soto, presidente de la Comisión y promotor cultural de la capital artemiseña, el escenario de la Galería Guerrero recibió al profesor universitario, narrador y poeta Miguel Ángel Ortega en un acercamiento a la décima cubana y su importancia en la formación de nuestra identidad. Se resaltaron los puntos coincidentes entre la espinela cantada y los cantos octosílabos de los negros esclavos en la colonia, a los que se les prohibía tocar los tambores en los barracones.
La bailaría Sairys de la Caridad Hernández, de la compañía Yordance también cantó, esta vez con el cuerpo, los temas evocadores de un pasado imprescindible para contar nuestra nacionalidad y se pactaron futuras acercamientos a Quintín Banderas, la Ruta del Esclavo y en ingenio Taoro, para la semana de la cultura bautense.
No faltaron a la cita los músicos Lázaro Arango y Mercedita, la fábrica de Chocolate. El ambiente contó con una muestra transitoria de autores bautenses, muchos de ellos promovidos a lo largo de estos años en la peña y que han prestigiado la cita con su presencia fertilizando, en el terruño del padre Ángel Gaztelu, el amor por la buena literatura y la lectura.
Bumerán es ese artefacto que sale y regresa, es ese viaje hacia nosotros mismos que toca la fibra y deja bien adentro la semilla del arte. Por eso nadie sale de ese encuentro como llegó. Una transformación evidente ocurre en quienes viven la aventura. Los bienaventurados también pudieron llevarse a casa un título de la editorial Unicornio. Esta vez Diario del límite, de Ediel Pérez Nogueras; Las bestias están cerca, de Liudis Carmona y El olor de las intenciones, de la propia García Rojas.
Sin dudas se trata de un esfuerzo loable por la promoción. Mireisy, anfitriona también de la peña provincial Cantapalabra, logró otra vez la sugestión, en encantamiento, el embrujo. Regresó el Bumerán y con él tradición, poesía, música, literatura, historia, identidad, valores. Puede decirse que hace tiempo dejó de ser una peña para convertirse en montaña, en una cordillera que surgió de las esencias de esos encuentros donde Eliseo, Fina, Lezama y otros grandes asentaron su magia en el terruño artemiseño.