Creado en: abril 28, 2024 a las 07:19 am.
Jesús Gómez Cairo: infatigable valedor de la cultura musical cubana
Por Ileana González González
Un año se cumple hoy del fallecimiento de Jesús Gómez Cairo, un nombre imprescindible cuando se hable de quienes consagraron su vida a tutelar los valores de la música cubana en todas sus expresiones. Más de 50 años dedicó este matancero -nacido en Jagüey Grande en 1949- a desentrañar enigmas y revelar sustancias que conforman el inmenso patrimonio musical de Cuba, para preservar ese sedimento y visibilizarlo aún más en la sociedad.
En la Escuela Nacional de Arte encauzó su vocación por escudriñar en las interioridades de la creación musical, y por su afinidad con las asignaturas teóricas y la historia optó por especializarse en el Instituto Estatal de Teatro, Música y Cine de la entonces ciudad de Leningrado (luego San Petersburgo).
Gómez Cairo fue musicólogo, profesor, investigador, y asumió además la dirección de importantes entidades culturales, como el Centro de Información y Doumentación “Odilio Urfé” y el Museo Nacional de la Música, a la que sumó su desempeño como vicepresidente del Instituto Cubano de la Música e incluso presidente del comité del premio CUBADISCO.
El Premio Nacional de Música, el Premio Nacional de Patrimonio Cultural y la Medalla “Alejo Carpentier” son avales de su fecunda trayectoria.
A propósito de su muerte, el presidente Miguel Díaz Canel expresó que fue “un estudioso infatigable y conocedor profundo de los más entrañables sonidos del alma cubana” y “develó los encantadores misterios del Himno de Bayamo”.
Ciertamente, de su autoría se volvió referente bibliográfico la obra: “150 aniversario de La Bayamesa, himno patriótico cubano”. Ese texto, resultado de una enjundiosa investigación, formula precisiones sobre el origen de aquella partitura, concebida por el abogado Perucho Figueredo en 1867 y que tuvo su primera interpretación pública durante la toma de Bayamo por los insurrectos, el 20 de octubre de 1868, y luego sería asumida como Himno Nacional de Cuba.
Abundó en las investigaciones sobre elementos de la evolución histórica de aquel himno que llamaba al combate por la independencia, y los arreglos musicales que se hicieron al original, hasta su institución como uno de los símbolos patrios de los cubanos.
Gómez Cairo desempeñó un papel fundamental como director del Museo Nacional de la Música, desde 1997. Siempre tuvo claro que aquel inmueble no podría ser un frío depósito de colecciones, por eso multiplicaba las iniciativas para la comunicación con el público, a fin de propiciar su mayor conocimiento acerca del valor de los fondos patrimoniales allí atesorados, bienes materiales y documentales. El sello editorial del museo ha sido una contribución valiosísima en ese sentido.
En el espacio CONTRACANTO, inaugurado en el museo y convocado por la sección de musicología de la Asociación de Músicos de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) tuvo Gómez Cairo su última intervención pública, el 3 de marzo de 2023. Allí reflexionó en torno a la musicología cubana, sus realizaciones, insuficiencias, retos y proyecciones. Como asegura la actual directora del museo, Sonia Pérez Cassola, dejó para todos un capital de ideas y razones que indican el camino, provocan, retan y comprometen.
Heredero de las enseñanzas de eruditos como Argeliers León, Odilio Urfé, María Teresa Linares, María Antonieta Henríquez y Radamé Giro, Jesús Gómez Cairo aprovechó todo ese caudal de conocimientos y devino maestro que sumó los suyos para, con humildad, legarlos a los jóvenes interesados en la investigación, la promoción y el desarrollo de la música cubana, esencialmente la de carácter más popular. Particular realce tienen sus estudios sobre el pensamiento musicológico del novelista y ensayista Alejo Carpentier.
Quedan para hoy y el futuro sus textos aparecidos en diversas publicaciones, así como sus aportes al Programa de Desarrollo para el rescate, plasmación y difusión del patrimonio musical de la Nación. Fue un activo miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, y presidió su comisión permanente de trabajo sobre Patrimonio, Ciudad y Cultura. Ponderó la labor de la UNEAC en la salvaguarda del patrimonio musical cubano, desde sus fundadores, estudiosos de la identidad nacional a partir de las expresiones de su música y sus bailes, y reconoció la concepción de una política diseñada con ese fin, pues la cultura es bandera y emblema de la Patria.
Al cumplirse el primer año de su ausencia física, es imperativo recordar a Jesús Gómez Cairo con mucho más que una semblanza biográfica. Porque es de quienes dejan una huella imperecedera, como defensor del alma y raigambre cultural de Cuba de todos los tiempos.