Creado en: mayo 18, 2024 a las 04:59 pm.
Academia Cubana de la Lengua premia a la novela Chérie
La Academia Cubana de la Lengua concedió su premio anual correspondiente al 2024, a la novela Chérie, de la autoría de Dazra Novak, publicada, el año anterior, por Ediciones Unión, sello editorial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac).
La institución que otorga el lauro, destacó el modo desenfadado y sutil de la biografía imaginaria acerca de una persona real, la cual también es un ensayo, sobre la mirada y una profunda indagación entorno a las libertades del ser humano y del artista.
La obra, acreedora también en 2021 del Premio Ítalo Calvino, se acerca a la vida y obra de una artista de la plástica contemporánea, Rocío García, donde el peso esencial está dictado, no por la sucesión de hechos verificables en la cronología de su existencia, sino por el desciframiento de su obra artística, al decir del poeta, ensayista, crítico de arte, investigador literario y narrador, Roberto Méndez.
Por su parte, el narrador, crítico y ensayista Jesús David Curbelo, dijo que «Chérie no habla del amor al uso, sino de aquel que trasciende la carne y se transforma en amor al conocimiento, a través de uno de los caminos más abruptos para alcanzarlo como es el arte».
Otras voces críticas que han abordado la novela (Cira Romero, Marilyn Bobes) priorizan la mirada sobre los aspectos socio-políticos del empoderamiento femenino, el discurso escrutador en los rigores de la realidad del país durante los años del llamado Período Especial, el cuestionamiento de los prejuicios del machismo y la homofobia, y, además, abunda en la sobria utilización de los recursos del realismo para contar una historia llena de matices y máscaras. Dazra Novak, es el nombre artístico de Mairely Ramón, escritora, cronista, fotógrafa, traductora, guionista y directora del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso en los últimos cuatro años, quien, al referirse a la mencionada novela galardonada, destacó al sitio Cubaperiodista que su texto fue un ejercicio de contención bien difícil.
«Quizá por eso me llevó más tiempo que la anterior y pasé tres años madrugando. Se pierde mucha libertad en este tipo de novelas, porque a veces el personaje quiere ir por otro lado, pero hay que respetar los hechos de la realidad y, por supuesto, cuidar a la persona de carne y hueso, que en este caso es una figura pública muy reconocida. Pero creo que también eso ayudó en la parte formal, me exigió más disciplina, me puso más desafíos. Por suerte, a mí me gustan mucho los desafíos».
«Supongo que me ayudaron las inquietudes que arrastro desde mis años de juventud. Siempre digo que comencé por la poesía; pero no, en realidad comencé por la pintura, por el dibujo. Me encanta el dibujo, solía dibujar manos, pero fracasé con los rostros, cosa que me hizo abandonar la idea de presentarme en la Academia de Bellas Artes San Alejandro. En realidad, la pintura quedó en mí; puedo pasar mucho tiempo mirando un mismo cuadro y si vuelvo sobre él, cada vez veo más cosas, siento más cosas. Supongo que ahí está hablando la pintora que pude haber sido», concluyó la escritora de Chérie, volumen que ayuda desde las letras y el pensamiento, a construir identidad.