Creado en: junio 5, 2024 a las 12:13 pm.

Pedro de la Hoz, la rotunda sapiencia

La verdadera sabiduría se nota precisa y paradójicamente porque pasa inadvertida. Quien sabe mucho no necesita hacer gala de un vocabulario apabullante, ni de enrevesadas construcciones idiomáticas. Por el contrario, lleva lo complejo al verbo común, analiza, sintetiza y crea algo nuevo y deslumbrante gracias al acervo que posee.

Así pasaba con Pedro de la Hoz González, nacido en Cienfuegos en 1953, y quien acaba de fallecer en La Habana, a los 71 años, después de una denodada lucha contra el cáncer, y dejando en sus compañeros la absoluta convicción de que su claridad intelectual y brillantez estilística tenían aún mucho más para dar entre nosotros.

Parece lugar común, ante la desaparición física, hablar del vacío y la pérdida; pero, ciertamente, en el periódico Granma, a cuya Redacción Cultural le dedicó 36 años de trabajo, nadie podrá como él estar al tanto de cada hecho artístico, y desgranarlo con maestría en sus detalles y antecedentes.

Crítico sagaz y valiente, nunca temió señalar las sombras a la par de la luz, y rechazó los lugares comunes y los acomodamientos. Esos valores no solo los defendió en su condición de periodista, y militante del Partido, sino además como vicepresidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba  y presidente de la Comisión Aponte.

Su ética de trabajo queda como enseñanza para colegas y revolucionarios: Pedro trabajó hasta el final, incluso cuando a quienes estaban cerca para saberlo, les parecía humanamente imposible que su cuerpo y su mente se enfocaran en cumplir con los compromisos pactados; y sus entregas siguieron siendo de una sapiencia y calidad enormes.

Parco en elogios, sabía –no obstante– reconocer con la palabra justa, y polemizar desde el respeto.

Aunque nunca dejó Granma, después de que llegara allí tras graduarse de Periodismo, y pasar por las redacciones del 5 de Septiembre y Vanguardia, fue también asesor de Armando Hart y el primer director de la revista Artecubano, del Consejo Nacional de las Artes Plásticas.

Autor y coautor de múltiples libros, no parecía sembrado en la cúspide a la que llegó por esfuerzo y méritos: Premio Nacional de Periodismo José Martí, Premio Nacional de Periodismo Cultural José Antonio Fernández de Castro y Maestro de Juventudes, por solo mencionar algunas distinciones.

Soldado de la palabra, siempre necesitaba dar más de sí, y lo hacía. En nosotros queda esa manera siempre renovada y entera de entender la cultura, el oficio periodístico y la vida.

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