Creado en: julio 2, 2024 a las 08:49 am.
Liuba, sin extravíos
Por Laura Ortega Gámez
En forma de coros, revolviendo el alma de los presentes, llegaron las viejas canciones de Liuba María Hevia hasta Casa de las Américas, acompañadas de otras que vieron la luz por primera vez en este concierto en el cual la cantautora presentó su nuevo disco “Canciones que no se extraviaron”.
Una alegoría resulta el título de esta producción al conocido texto de la escritora Dulce María Loynaz, Cartas que no se extraviaron, con la que la trovadora, desde el respeto, confesó sentirse identificada. Temas como Certeza, Luna del 64, Con un ramito de mejorana, Tristeza, El mapa de mis canciones, Mi colibrí, Vidas paralelas y Pasaba un ángel, resultaron un viaje a través de las emociones que habitan el presente de Liuba, arrastrando al público hasta un momento íntimo de complicidad mutua.
La novena edición del Encuentro Alma Creadora fue la excusa para la cita en la que compartieron junto a la cantante otras artistas y cantautoras nacionales y del extranjero. El evento, creado por la propia Liuba en el año 2015, es un espacio de homenaje a las grandes maestras de la canción latinoamericana, mediante el posicionamiento de la mujer como figura indispensable dentro del género de la trova.
Aplausos colmaron la sala Che Guevara de la Casa cuando la mexicana María San Felipe interpretó, por primera vez frente al público, el bolero Alma mía, clásico dentro de la cancionística de su tierra, el cual fue compuesto por María Greves, una grande dentro de la cultura de su nación, al decir de su coterránea.
«Cuba es un país único, y lo es por su gente», expresó emocionada, entre ovaciones, la cantautora, quien, además, dijo que desde muy pequeña deseaba visitar la Isla, ya que, en su natal Yucatán, frente al malecón, en las noches su padre le mostraba las luces de La Habana, visibles, a lo lejos, en medio del oscuro mar Caribe.
Alegría, amor, tristeza, incontables sentimientos llenaron la sala junto a los acordes de las guitarras durante las más de tres horas de música que regalaron al público, en el que también la siempre recordada Teresita Fernández hizo acto de presencia, por medio de las voces de Santa Massiel Rueda, Yamila Díaz y Martha Campos, quienes rescataron algunas de las composiciones para adultos que hiciera la maestra, poniéndolas a disposición de las personas, nuevamente. «Es necesario cantar canciones de otras trovadoras, para que no se pierdan en el camino», expresó Campos.
Niña nunca te enamores / si hay luna cuarto menguante, / que puede robarte el sueño / un asturiano emigrante, coreaba el auditorio, a petición de la propia Liuba, demostrando que sus composiciones han sido la banda sonora de varias generaciones de cubanos, y que ninguna canción, cuando tiene algo hermoso que decir, merece extraviarse en el camino.