Creado en: mayo 20, 2022 a las 12:36 pm.
El día en que no se instauró la anexión
La Doctora en Ciencia Históricas Francisca López Civeira ha dedicado gran parte de su obra al estudio de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, desde la formación de ambas naciones hasta la actualidad. Dicho vínculo insiste, no es un diferendo, sino un conflicto donde una de las partes aspira aniquilar a la otra.
Como apunta la Premio Nacional de Historia, el 20 de mayo de 1902 no solo simboliza el fracaso del sueño martiano de una República soberana. De la efeméride se deslindan otras lecturas políticas, económicas, sociales y culturales que evidencian la resiliencia y el espíritu independentista del pueblo cubano.
Hace 120 años se izó la bandera cubana en el Palacio de los Capitanes Generales de La Habana. ¿Qué simbolizó para Cuba este acontecimiento?
La fecha tiene distintas miradas. Evidentemente no nació la República de Cuba que soñó El Apóstol. José Martí había fomentado la guerra como medio para llegar a la Revolución y la instauración de aquella República no fue la plasmación del proyecto revolucionario del Héroe Nacional.
Pero también hay un elemento importante: ¡No hubo anexión! La ocupación militar de los Estados Unidos en Cuba tenía como objetivo buscar formas del dominio sobre la Isla, inclusive el presidente McKinley dijo, en diciembre de 1899, que la futura Cuba, nacida de las cenizas del pasado, debía quedar vinculada a Estados Unidos por lazos de singular intimidad y fuerza.
Hubo intenciones de anexión, pero la resistencia del pueblo lo impidió. No existía una organización, el Ejército Libertador se había disuelto, también el Partido Revolucionario Cubano. Sin embargo, el pueblo evidenció su voluntad independentista y la reafirmó por múltiples vías: los cambios en los nombres de las calles, por ejemplo —qué provincia en Cuba no tiene una calle Independencia, República o José Martí. Eso sucedió durante la ocupación militar, las décimas populares también reflejaron ese sentir.
Hay determinados grupos, digamos oligárquicos, que sí estaban vinculados a los Estados Unidos, pero eran una minoría. Las autoridades norteamericanas se dan cuenta que una anexión había que imponerla, por tanto, no podían hacerlo. No eran los Estados Unidos prepotentes, sino los que estaban naciendo como imperio. Y en ese sentido, ese imperio naciente no podía enfrentarse al mundo, tuvieron que buscar una forma más sutil.
De ahí que se creara el Estado Nacional cubano, claro con una Enmienda Platt, que ya limitaba totalmente su soberanía. Siempre digo: No fuimos Puerto Rico. El 20 de mayo no es la fecha gloriosa para la implementación de la Revolución martiana. Pero cuidado, hubo 20 de mayo porque hubo resistencia de este pueblo y es también el reconocimiento a dicha resistencia.
El poema Mi bandera de Bonifacio Byrne es una de las muestras de esa resistencia. ¿Cómo el arte plasmó la voluntad independentista?
En los primeros años de la República Martí es un referente para el lamento, está la famosa clave al Apóstol:
«Martí no debió de morir.
Si fuera el maestro y el guía,
otro gallo cantaría,
la patria se salvaría
y Cuba sería feliz…»
En la década del 20 la República de Cuba entra en un proceso de crisis estructural de su economía, de desgaste del sistema político, y esa frustración se percibe muy rápido. Ese desgaste del sistema político, inclusive, está en un enviado personal del presidente de Estados Unidos en Cuba, Enoch Crowder, que prácticamente es el que decide en el país. Todo esto crea sentimientos de rechazo.
¿En qué medida el Apóstol renace en la generación de los años 20 e inspira el proceso revolucionario que condujo al 1ro de enero de 1959?
Durante la década del 20 Martí va a seguir siendo un referente, pero desde otra perspectiva.
En las Glosas al pensamiento de José Martí, Julio Antonio Mella brinda otra mirada. El Apóstol orgánicamente revolucionario, como dice él, dio una respuesta a los problemas de su época. ¿Cuáles serían estas respuestas hoy? Lleva a Martí a su presente. Y dice que hay que hacer un libro sobre el autor de Con todos y para el bien de todos. La Revolución necesita de Martí.
El otro ejemplo: Rubén Martínez Villena relata con sus versos lo que había sido la Protesta de los 13. En el Mensaje Lírico Civil, escribe: «¿Adónde vamos todos en brutal extravío sino a la Enmienda Platt y a la bota del Tío? »— es decir, el tío Sam. Y agrega: «Hace falta una carga para matar bribones, para acabar la obra de las revoluciones. Pero te dice: «Para cumplir el sueño de mármol de Martí».
Es decir, Martí ya no es un lamento, sino un llamado a la acción. Esto marca el proceso revolucionario de los años 30 y las décadas siguientes. Todo ese período halla en el Apóstol un referente. Algunos, desde el poder, lo utilizan y manipulan, pero en las fuerzas sanas de la nación cubana Martí es un llamado a completar realmente la obra de la Revolución.
En los debates actuales la colonización no solo se entiende como la conquista de un espacio físico, sino que perdura en la subjetividad de los pueblos. ¿Cómo esa condición de neocolonia prevalece en la Cuba actual?
En un artículo del Periódico Patria martí dice: No podemos cambiar a Cuba en un día. El problema no es sacar a España de la Isla o dejar de hablar español, sino arrancarla de las costumbres y dejar atrás ese mundo colonial que vio en América Latina. Regresemos a Nuestra América. La colonia siguió viviendo en la República, el Apóstol está consciente que no es cuestión de un día, constituye un proceso largo. Y lógicamente nosotros estamos viviendo ese proceso. Hay aspectos de la hegemonía de los grandes poderes que se inflan a pus en la sangre de los pueblos. Cuesta trabajo, es difícil, pero hemos podido revertir mucho y tendremos que seguir trabajando para lograr esa descolonización mental en el imaginario y ser todo lo soberanos que tenemos que ser.