Creado en: diciembre 9, 2021 a las 08:59 am.
Favez: discriminada por ser mujer
Favez, monólogo dirigido por el actor Alberto Corona, es el título de la puesta en escena, llevada a las tablas de la capitalina sala «Argos Teatro», e inspirada en el libro Por andar vestida de hombre, del doctor Julio César González Pagés, profesor e investigador titular de la Universidad de La Habana.
El papel protagónico lo desempeña la carismática actriz Liliana Lam, quien le presta piel y alma al «Dr. Enrique Favez», y se destaca —en lo fundamental— por la construcción física y psicológica del personaje y la caracterización de voz que hace del primer hombre transgénero que registra la historia en la región oriental de la mayor isla de las Antillas, y que identifica a la persona que tiene una identidad o expresión de género diferente del sexo con el cual se nace.
«Enrique» o «Enriqueta» —signado por los conflictos e incomprensiones que desde la infancia enfrentara, y que alteran el equilibrio bio-psico-socio-cultural y espiritual en que se sustentan la personalidad y la salud— le exige a la intérprete realizar un estudio concienzudo y hacer acopio de inteligencia global y emocional para desentrañar la compleja madeja psicológica y espiritual en que se estructura el controversial personaje.
Liliana sale airosa de la «prueba de fuego» que entraña protagonizar un monólogo, género muy difícil en el campo de las artes escénicas, precisamente por los desdoblamientos, y en ese caso específico, por las transiciones entre estados de ira o frustración paralizante, así como los momentos en que debía hacer silencio interior para encontrarse con su yo, el auténtico, el verdadero.
En una entrevista realizada a la primerísima actriz Heidy Villegas, quien interpretara a Enriqueta Favez, vieja y enferma, en una puesta en escena de la agrupación «Mefisto Teatro», le refirió a este cronista que Enriqueta Favez podía considerarse —sin duda alguna— «[…] la primera mujer en la historia de Cuba, que —desde una posición feminista por excelencia— se reveló contra el machismo y el patriarcado prevalecientes en la época socio-histórica en que nuestro archipiélago dependía —desde todo punto de vista— de la metrópoli hispana […]».
Favez persigue como principal objetivo dar voz —a través de la protagonista— a quienes, incluso en la contemporaneidad, afrontan situaciones de incomprensión y discriminación en los contextos familiar, laboral y escolar, ya que —al transgredir los indicadores espacio-tiempo— traslada al auditorio a épocas pretéritas, para colocar sobre el tapete cuánto y en qué medida la mente humana ha evolucionado (o no), y lo mucho que nos queda por delante para conquistar ese mundo mejor, caracterizado —entre otras cosas— por el amor, el perdón, la justicia, la equidad y la solidaridad humana.