Creado en: octubre 12, 2022 a las 02:04 pm.
Kilómetro Cero: nuevo estreno de «Argos Teatro»
El teatro ilumina, descubre, abre caminos
Omar Valiño
Kilómetro Cero, con guión y dirección de la escritora y dramaturga Liliana Lam, es el nuevo estreno que lleva a las tablas de su sede capitalina la emblemática agrupación «Argos Teatro».
Dicha obra está inspirada —en lo fundamental— en los hallazgos de una exhaustiva pesquisa socio-antropogénica que durante varios años emprendiera el Dr. Julio César González Pagés, profesor e investigador titular de la Universidad de La Habana, en la población juvenil de la mayor isla de las Antillas, con especial destaque en el género masculino, y que culminara con la publicación de los libros Pingueros en La Habana (2014), y En la lucha, que verá la luz en la Feria Internacional del Libro Cuba 2023.
Kilómetro Cero deviene un aldabonazo de alerta acerca de la importancia que adquiere esa puesta en escena, en el actual contexto social cubano, para invitar al espectador a la reflexión serena y profunda acerca de la controvertida y controvertible prostitución masculina; línea temática que —hasta hace muy poco tiempo— era «tabú» en los medios masivos de comunicación, donde prevalecían —y todavía prevalecen, aún en pleno siglo XXI— los prejuicios machistas y homofóbicos que la sociedad insular arrastra desde épocas inmemoriales.
Por otra parte, la más reciente entrega de «Argos Teatro» estimula el debate sobre la prostitución masculina y su fuerte impacto en la población capitalina, a la vez que convoca con premura a implementar políticas públicas que tengan en cuenta esa realidad social que ha estado, está y estará presente, «gústele a quien le guste y pésele a quien le pese», si bien algunos prefieren hacer «mutis por el foro» o ignorar olímpicamente esa situación, como si no existiera…, y ahí está, latiente.
Con apoyo en una cuidadosa selección de testimonios, Kilómetro Cero recoge algunas de las vivencias de esos muchachos con el objetivo de estimular ese debate tan necesario en torno a un sector poblacional, repudiado por una buena parte de la sociedad caribeña, ya que urge conocer las causas del porqué se ha elegido ese modus vivendi, y brindar vías idóneas para salir de ese «círculo diabólico», donde el joven que «ejerce» la prostitución no solo vende el cuerpo, sino también el alma.
Esa obra, interpretada con la excelencia artístico-profesional y versatilidad que caracteriza a los actores que integran el elenco de «Argos Teatro», pudiera servir como instrumento, desde la cultura («escudo y espada de la nación cubana»), para poder cambiar escenarios y convertirlo en algo mucho más favorable.
De acuerdo con la percepción objetivo-subjetiva de la escritora Liliana Lam, los artistas y demás involucrados en esa polémica puesta, el silencio acerca de un vigente tema social no ayuda —en modo alguno— a revertir mentalidades, y si algún valor le es adjudicable a esa obra es, precisamente, su compromiso con un futuro diferente.
En ese contexto dramatúrgico por excelencia, los integrantes de la popular agrupación llevan a las tablas historias en las que se fusionan en cálido abrazo realidad y ficción. Componen el elenco artístico los carismáticos actores Ray Cruz, Alberto Corona, Yass Beltrán, Frank Mora, Peter Rojas, Leo Parlay, Hamlet Paredes, Daniel Barreras, Yanni Serrano y Juan Carlos Roque Moreno, cuyo comportamiento se aleja «años luz» del «estereotipo estático» o «camisa de fuerza» que se le imponía —hasta ahora— al personaje gay, signado por el «amaneramiento» o «afeminamiento» caracterogénico. ¡Nada de eso! Los personajes que intervienen en la obra son «hombres que tienen sexo con otros hombres» (categoría epidemiogénica), independientemente de la motivación (sea cual fuere) que los llevara a prostituirse en las calles habaneras.
Entre las particularidades y especificidades que identifican a Kilómetro cero, habría que destacar la utilización racional de la tecnología para recrear los diferentes lugares de la «Ciudad de las Columnas» a través de fotografías, así como la presentación de una escenografía y música sui generis.
La obra retoma el debate sobre la prostitución juvenil masculina, pero de otra forma, ya que —como es lógico— los tiempos han cambiado, así como los requerimientos que identifican el «mercado del sexo». La representación de Kilómetro Cero llama la atención y despierta el interés de los espectadores, y sobre todo, ayuda a adoptar decisiones en lo referente a políticas públicas acerca de un problema eminentemente social. ¡Esperemos que así sea!