Creado en: octubre 16, 2022 a las 03:07 pm.

La Parranda Típica Espirituana y un legado cultural único

La parranda tiene la distinción de que es la única en Cuba que hace el punto espirituano. / Foto: ACN

Por Yainerys Ávila

Con 100 años recién cumplidos y una historia que se remonta a las raíces más autóctonas de la música campesina, la Parranda Típica Espirituana integra el grupo de personalidades y unidades artísticas de la provincia de Sancti Spíritus que hasta el día 20 reciben el homenaje del pueblo en el contexto de la Jornada por la Cultura Cubana.

Basta escuchar los primeros sonidos de los instrumentos o los versos iniciales de las composiciones para aquilatar la trascendencia de una agrupación fundada por los hermanos Sobrino en 1922 y que destaca por la defensa a ultranza del patrimonio musical y por el sentido de pertenencia de sus integrantes.

Las casas de la Guayabera o de la Cultura Osvaldo Mursulí, de esta ciudad, le han abierto las puertas por estos días a la agrupación que al decir de Saylí Alba Álvarez, investigadora y profesora universitaria en este territorio, constituye una de las grandes joyas de la cultura de esta región central –y de Cuba toda.

Según consideraciones de Alba Álvarez, la parranda tiene la distinción de que es la única en la Isla que hace el punto espirituano.

Insistió en que el punto es una antigua manera de cantar que venía del siglo XIX; sin embargo, resaltó que los hermanos Sobrino se apropiaron de él y lo popularizaron de tal manera que llegaron a otorgarle un sello muy peculiar.

De acuerdo con la autora de El gallo que es fino y canta, un minucioso acercamiento a quienes son considerados los padres del punto espirituano, NO se trata solo de la permanencia ininterrumpida del proyecto en los escenarios durante un siglo, sino también de la identificación tan fuerte que sienten los que a lo largo de los años se han sumado al grupo.

Hay músicos como Arístides Gutiérrez, por ejemplo, que pese a su avanzada edad se han negado a retirarse, subrayó, pero cuentan sus familiares que Marcelino Sobrino, ya enfermo, en cama y sin poder asistir a las presentaciones, se pasaba los días entonando los estribillos y las cuartetas mil veces repetidas ante el público.

Alba Álvarez resaltó, a su vez, la labor de los hermanos Toledo, quienes resguardaron con celo cada pieza defendida por sus fundadores y supieron nuclearse de jóvenes comprometidos con una tradición que aún hoy despierta admiración.

Cada 20 de octubre se celebra en la Mayor de las Antillas el Día de la Cultura Cubana, fecha que este año sirve de pretexto para también reconocer en Sancti Spíritus a Juan Enrique Rodríguez Valle, reconocido músico e investigador, a Carlo Figueroa, líder del proyecto de La Guayabera, a la casona donde se guardan cientos de estas camisas, a Mario Félix Bernal, artista de la plástica, y a Orlando Álvarez de la Paz, arqueólogo.

El punto es una antigua manera de cantar que venía del siglo XIX; sin embargo, los hermanos Sobrino se apropiaron de él y lo popularizaron

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *