Creado en: diciembre 28, 2021 a las 11:20 am.

35 años pueden ser muchos o demasiado pocos

Por Lino Verdecia (Vicepresidente de Cine, Radio y Televisión del Comité UNEAC de Holguín y su Presidente de la Comisión Aponte)

Deseo ante todo expresarles mi agradecimiento a los que han asistido a este encuentro en el que, con sencilla y natural sinceridad, el Comité Provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba desea memorizar el cumpleaños 35 de su fundación. Todo aniversario que lleve implícito reconocer resultados positivos, logros para una comunidad y enriquecimiento para las raíces de la identidad, debe y tiene que celebrarse, aunque sea con un estrechón de manos de quienes lo han hecho posible, y el recuerdo agradecido hacia los que ya no están físicamente, pero cuya existencia aportó a lo que hoy podemos conmemorar.

Lino Verdecia (Vicepresidente de Cine, Radio y Televisión del Comité UNEAC de Holguín y su Presidente de la Comisión Aponte)

Hace unos días, cuando supe que mis compañeros en el colectivo de la presidencia ampliada de la Uneac habían decidido que fuera yo quien les dijera estas palabras que aquí les traigo, no pude evitar recordar que fue en 1980 que recibí el carné que me acreditaba como miembro de esta Unión cuando, allá en Santiago de Cuba, aquel Comité Provincial tenía dos años de nacido.

¿Y por qué me es importante la rememoración si yo soy miembro de este desde hace 15 años cuando, en 2006, instado por su entonces presidente Jorge Hidalgo Pimentel, decidí sobreponerme al sentimentalismo afectivo y radicarme en el Comité de esta que es mi provincia natal? Pues por una simple, natural y cubanísima razón: la Uneac, con buenos y no tan buenos momentos, pero con logros y con la mirada puesta siempre en el faro luminoso de lo que más conviene a la gran comunidad, es decir, a la Patria, ha sido allá y aquí, antes y ahora, un espacio para el pensamiento y la proyección cultural, para la cultura toda, por encima de yerros o insuficiencias –porque la conformamos seres humanos- y muy por encima de los que han querido (y quieren) que tropecemos y hasta caigamos en esta marcha que nos une en lo que es nuestra trinchera principal.

Fue el memorioso argentino Jorge Luis Borges, controvertido pero excelente, quien expresó Nadie es la Patria, pero todos lo somos. Y ello hace que para quienes pertenecen a este Comité que hoy llega a sus iniciales 35 años, la presencia en su nombre del vocablo unión tiene que poseer un significado especial, un valor más reconocible y practicado, porque nadie es la Uneac, pero todos sus miembros le damos forma.

Fue en 1997, en tensas circunstancias de ejecutividad que, apelando a una enseñanza que asimilé de mi madre, en una reunión de una presidencia –como esta que aquí represento- tuve necesidad de acudir a una alegoría muy práctica: comparar nuestra existencia con la de una mano y, mostrándola, expresé: “la Uneac se compone de cinco filiales y, como los dedos, ninguna es igual a la otra, ¡pero unidos y apretados formamos un puño!”

Nadie está ajeno ni puede estar desprevenido de que afrontamos momentos difíciles en lo interno nacional y en el contexto internacional, no solo por la obstinante y hostigante pandemia. Por eso es imposible evitar que toda aproximación a nuestra realidad, cualquier mirada a lo que hemos hecho, hacemos y queremos hacer esté permeada de lo que el sistema socioeconómico en que vivimos está enfrentando en estos momentos.

El 5 de febrero del 2010, en un encuentro del notable y también polémico intelectual cubano que fue Alfredo Guevara con profesores y estudiantes del Instituto Superior de Arte, este expresó:

se pueden asesinar las ideas cuando se cristalizan y se convierten en banderitas y en palabras. Creo que el socialismo, que es mi ideología, mi ideal, ha sido parcialmente asesinado en nuestro país, y tenemos que recuperar la esencia misma de la idea socialista para salvarnos y salvarlo de la cristalización que, en términos marxistas puros, se llama ideología.  /p.75[1]

Y poco después añadió: Todo cuanto se haga es por todos y por cada uno. No podemos defender la diversidad en el campo ideológico y olvidarnos de que cada ser humano es diferente, tiene necesidades diferentes, tal vez no exageradamente diferentes, pero, como mínimo, matizadas. /p.78.[2]

Antes de terminar esta lectura que espero no los haya aburrido, es menester que, independientemente de distinguir y alegrarnos por todos los premios y reconocimientos que reciban los de nuestra membresía, hacer notoria exaltación al hecho de que Isabel Reinaldo Guerra y Ernesto Vera González recibieron del ICRT el Premio Nacional PEQUEÑA PANTALLA y, del Consejo de Estado, José Miguel Abreu Cardet, la Distinción ALEJO CARPENTIER.

***

Repito, la Uneac tiene disímiles maneras de proyectarse y hacerse presente, por eso en estos 35 años hemos existido, por eso vamos a seguir existiendo.

Es así que he querido traerles mi valoración de por qué considero tiene especial significación que modestamente celebremos este aniversario, con la esperanzada convicción de que tendremos mejores condiciones para otros diciembres, y porque aun ejecutando con calidad las múltiples acciones que los miembros de la Uneac realizan, queremos hacerlas mejor y, como sabemos que tendremos relevos y continuadores, valga citar palabras de Carlos Rafael Rodríguez (1983):

Esta es una Revolución de trabajo, y trabajamos todos por hacer la patria nueva y distinta […] porque la patria socialista será siempre una patria perfectible. Siempre habrá algo que hacer y las nuevas generaciones no se cansarán ni tampoco se aburrirán, como no nos hemos cansado ni aburrido nosotros […][3] /p.181


[1]En DIALOGAR, DIALOGAR. Ediciones del Nuevo Cine Latinoamericano, 2013.

[2]Ibidem.

[3]En PALABRAS EN LOS SETENTA, Ed.,Ciencias Sociales, 1984.

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