Creado en: noviembre 16, 2024 a las 12:58 pm.
Cantar La Habana
Por: Guille Vilar
«Si no existieras yo te inventaría, mi ciudad de La Habana», dicen los versos que cierran el famoso poema de Fayad Jamís dedicado a la capital de todos los cubanos. Incluso, pudiera afirmarse que representa el enigma en que se encuentran atrapados todos aquellos que le cantan a la amada ciudad caribeña.
Habana / Hermosa Habana / Lindo es tu Prado / Lindas son tus calles, Bello es tu mar…, dijeron Los Zafiros; Tú me recuerdas las calles de La Habana Vieja / La Catedral sumergida en su baño de tejas, canta Silvio Rodríguez; Habana, / si la vida me desterrara a un rincón de la tierra / yo te juro que voy a morirme de amor y de ganas, / de andar tus calles / tus barrios y tus ciudades…, asegura Gerardo Alfonso, en uno de los más conmovedores temas en los que se invoca a la capital.
Las canciones procuran descifrar el misterio de esa pasión por la cual quedan arrobados ante ella, definitivamente, músicos y seres comunes, a lo largo del tiempo.
Satisface constatar que intérpretes y compositores de diversos géneros no pueden eludir el influjo de semejante hechizo. Así lo ratifican la composición del trovador Sindo Garay, titulada Adiós a La Habana o En las calles de La Habana, por el Rey del Mambo, Pérez Prado y su Orquesta, al igual que Miguelito Cuní y el conjunto Modelo con Guaguancó, en La Habana.
El tono de cada uno de estos temas, nacidos de la fascinación, es diverso. Si en La Habana en febrero, de Liuba María Hevia, se le canta con el mayor lirismo a la ciudad como cómplice de un amor, en La Habana mía, de Amaury Pérez, está el encanto de la ciudad como una referencia aconsejable para evitar las angustias del alma.
Por su parte, Oscar Valdés le entrega a Irakere uno de sus éxitos más sonados con la pieza Yo soy de La Habana, muestra de cubanísima devoción por esta ciudad enigmática.
Más acá en el tiempo, Juan Formell vuelca en Los Van Van su predilección por la capital en temas muy populares como La Habana no aguanta más y La Habana sí, a la vez que Adalberto Álvarez pone lo suyo con Mi linda habanera y Gozando en La Habana. Pero quizá, la pieza que más claramente define la naturaleza de sus habitantes sea Locos por mi Habana, de Manolito Simonet y su Trabuco, una sugerente alegoría, alegre, desenfadada y directa como somos los cubanos que otorgamos el aliento vital a esta ciudad, que llega al aniversario 505 de su fundación.
Mucho sabe de dicho sentimiento, pero como añoranza, Antonio Guerrero, quien al estar preso en las cárceles norteamericanas junto a sus cuatro compañeros, por sus ideales y convicciones, compone Canto de amor a La Habana, pieza interpretada por Tammy López: Pensando en ti yo renuevo / el caudal de mi alegría / no importa la lejanía / que de mis versos emana, / como ayer, hoy y mañana / Habana, tú serás mía.
Estos y muchos más son cantos nacidos del alma; cada cual los hace suyos, según sus gustos y especiales mensajes. La Habana seguirá inspirando a otros cantores y vivirá muchos siglos en la música de sus enamorados.