Creado en: agosto 22, 2024 a las 07:37 am.

De cara a cara con Pedro Urbezo, Premio Nacional de Radio 2024

Foto: tomada de Granma Digital

Conversar «cara a cara» con el multifacético escritor e investigador Pedro Urbezo, quien este año llega al aniversario 80 de su natalicio, y a los 60 de fecunda labor profesional en la radio y la televisión cubanas, constituye un verdadero privilegio para quienes amamos el verdadero sonido para ver.

Miembro distinguido de la Asociación de Cine, Radio y Televisión de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), autor de dos libros acerca de la historia del legendario Teatro América, guionista de los más disímiles géneros dramáticos y amante apasionado del séptimo arte, Urbezo confiesa que desde niño escribía sus propias historias en las libretas escolares, después de escuchar los episodios radiales de las aventuras.

«Cuando empiezo a trabajar en el medio tenía que escribir en el propio día el capítulo correspondiente. Eso me dio el oficio, el entrenamiento que mantengo a pesar del tiempo», nos cuenta también el Premio Nacional de Radio 2024.

Entre sus anécdotas de vida recuerda su llegada al Circuito CMQ hace exactamente seis décadas, cuando José Antonio Caiñas Sierra le dijo que el problema no era llegar sino saberse mantener.

«¡Creo que he cumplido!», afirma el artista, quien dejó su huella asimismo en Radio Liberación y Radio Rebelde, donde escribió para el espacio Estudio 4, el cual se trasladó posteriormente a Radio Progreso; donde se difunde a la misma hora (2: 45 pm) y para el cual ha continuado escribiendo.

¿Qué ha dejado en Pedro Urbezo dedicar una buena parte de su fecunda trayectoria profesional a Radio Progreso, emisora que el próximo 15 de diciembre cumplirá 95 años en el aire?

Para mí es un gran honor trabajar en Radio Progreso, una emisora nonagenaria a la que llegué en los años 80 del siglo pasado, cuando era su director Antonio «Ñico» Hernández, y si no me equivoco, la más escuchada por la radioaudiencia nacional y foránea. Yo conozco a familias de aquí y de toda la geografía insular, que están en sintonía las 24 horas con la «Onda de la Alegría»; y como creador, me ha permitido incursionar en casi todos los géneros que integran su parrilla de programación dramática: novelas, aventuras, series, cuentos y más.

Es, sin dudas, mi segunda casa, así como una verdadera escuela para actores, periodistas, locutores, realizadores; en fin, para toda persona que se acerque a ese poderoso medio de comunicación, que lleva más de nueve décadas en el éter y sigue cautivando a cubanos y extranjeros con su variada programación, que abarca casi todo el espectro radiofónico.

¿Alguna experiencia creativa dentro de la emisora que nos cuente por lo que significó para usted?

Tengo varias, pero solo me voy a referir a una que me marcó como escritor radial. El director Gilberto Enríquez, responsabilizado con el espacio Caminos de libertad, me pidió que sustituyera al escritor Santiago Arias en una serie soviética que debía salir al aire un miércoles, y él me formula ese planteamiento un viernes por la tarde. A mí me sorprendió el poco tiempo que tenía para preparar ese material radiofónico, pero cuando leí el libreto, me motivó mucho el tema que trataba, y le dediqué ese fin de semana íntegro a escribir el capítulo que debía salir el miércoles […], salió, y fue un éxito rotundo. Tanto fue así, que Santiago me envió una carta de felicitación, que la conservo con mucho afecto en el «baúl de los recuerdos», y en la que destaca la profesionalidad que le imprimí, no solo a ese capítulo en particular, sino a la serie en general.

¿La serie Los Tres Villalobos, que trasmitió hace algunos años la televisión cubana y que constituye un clásico del audiovisual en nuestro país, lleva impregnado también su sello creativo?

Los Tres Villalobos es una obra original mía, ciento por ciento cubana, y basada en los personajes creados por el escritor Armando Couto, a quien mucho admiro y respeto. Tanto fue así, que les pedí a los productores del desaparecido espacio Aventuras, que en los créditos reflejaran que la serie es original mía, pero con apoyo en los personajes de esos tres aventureros, creados por la fértil imaginación de Couto, y así se hizo.

Esa teleserie tiene una connotación especial para mí, porque me recuerda mi infancia, cuando yo escuchaba Los Tres Villalobos, primero por la desaparecida RHC Cadena Azul, y posteriormente, por CMQ Radio. Dicha teleserie, que gustó mucho en el patio, así como en el exterior, se vendió con éxito en República Dominicana y Venezuela. Fue filmada en Camagüey y fueron sus protagonistas tres carismáticos actores cubanos: Kristell Almazán («Rodolfo»), Vladimir Villar («Miguelón»), y Carlos Luis González («Machito»).

El Premio Nacional de Radio 2024 tiene en su máquina de escribir Remington su más fiel compañera de creación, la cual no cambia, dice, ni por la computadora más «inteligente» que exista.  «Y no es que niegue la importancia del desarrollo de la ciencia, la técnica y la tecnología, nada más lejos de la realidad ni de mi verdadera intención, sino que -sencillamente-, mi salud visual no me permite hacer un uso racional del ordenador. Y continuaré escribiendo en mi Remington hasta que haga mi último dramatizado».

Para Urbezo lo importante es amar lo que uno hace y entregarse a ello. Por eso cuando escribe, confiesa, cree en los personajes de sus aventuras, novelas, series, cuentos o cualquier otro dramatizado. «Me olvido del mundo exterior y solo me concentro en lo que estoy haciendo y a lo que le añado la dosis exacta de amor y respeto».

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