Creado en: mayo 1, 2024 a las 06:08 am.

«El Folklórico ha sido el espacio del espectáculo total»

Por Jorge Enrique Jerez Belisario

«Entrega, sentido de pertenencia, voluntad, creación, perseverancia y compromiso con el pueblo», con esas palabras resumió sus primeros 50 años de vida artística el maestro Reinaldo Echemendía Estrada, músico de academia, fruto de la enseñanza artística cubana, profesor de generaciones de artistas camagüeyanos y director del Ballet Folklórico de Camagüey.

Aquel niño que nació y creció en la barriada del Cristo, el foco folclórico más importante de la ciudad de Camagüey, rodeado de grandes músicos, soneros de la urbe que ensayaban cerca de su casa, pero también de comparsas, congas y santería, convertido ya en un reconocido creador, explicó que esa cultura popular tradicional es la madre de todas las culturas, que engendra elaboración, nuevos proyectos, porque es ese sustento popular el que le da vida a la creación.

Sus inicios fueron en la Banda Provincial de Conciertos, que asegura que fue una escuela que lo formó integralmente. «El clarinete me dio la oportunidad de entender cómo había que estudiar y cómo había que consagrarse ante un instrumento que es una prolongación de tu cuerpo, que te permite hacer todo lo que tú logres dominarlo, por eso fue un reto constante de querer hacer.

«La orquesta sinfónica fue el perfeccionamiento profesional de cómo hacer arte con el clarinete, además de darme la posibilidad y el orgullo de tener un maestro como Jorge Luis Betancourt, que me hizo ver la música de otra manera, diferente, y es lo que aplico desde el punto de vista musical y danzario en el Ballet Folklórico de Camagüey».

Este músico de formación hoy dirige una compañía de danza. Él lo define como de uno de sus atrevimientos, porque hasta ese momento sus antecedentes con el folclor eran la investigación. «El Folklórico ha sido el laboratorio que me ha dado la posibilidad de aplicar todo lo que he aprendido de danza y de música, ha sido el espacio del espectáculo total».

La palabra Maestro, Echemendía no la lleva solo por respeto. De conjunto con la creación, ha formado generaciones de artistas de la provincia y del país. Según sus propias palabras, la posibilidad de dar clases desde muy joven le permitió aprender muchísimo enseñando; «por eso me dediqué a entender cómo había que enseñar a los jóvenes, y ese entendimiento va por el ejemplo. El maestro tiene que ser el primero en todo, reflexionar, ayudar y saber en qué circunstancia está ese alumno para poder distinguir y particularizar.

«Por eso a los jóvenes trato de decirles, como un pastor, todos los días, cómo debe ser ese transitar hacia el perfeccionamiento humano y técnico-artístico. Eso también tiene que ver con mi personalidad».

Ante cada obstáculo, asegura que ha respondido con cultura, «porque es la que permite entender los procesos sociales, económicos y culturales, y allí he encontrado esa luz para perseverar en la vida».

Reinaldo Echemendía cumple con palabras claves: inteligencia, paciencia, conciencia y humildad, y lo practica todos los días. «Esa humildad me permite entender, precisamente, que sin la Revolución no hubiera sido el que soy, por eso soy un revolucionario de concepto, militante del Partido y de la Revolución Cubana».  

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *