Creado en: agosto 15, 2024 a las 11:39 am.

«El sello de la Banda es la defensa de la cubanía»

La Banda Nacional de Conciertos cumple 125 años de fundada. Foto: Tomada de Facebook

Por Thalía de la Caridad Castro Cruz

La Banda Nacional de Conciertos continúa defendiendo una tradición que abarca 125 años de historia, a través de los cuales han asumido su dirección muchas de las figuras más importantes de la música y la cultura cubanas, tales como Guillermo Tomás, el padre fundador de esta prestigiosa institución que surgió con el nombre de Banda de Música Municipal del Cuerpo de Policía de La Habana, el 15 de agosto de 1899; Francisco García Caturla, Rodrigo Prats y Gonzalo Roig, entre muchos otros ilustres.

Continuar con el legado de esos grandes maestros y mantener, a pesar de los retos que enfrentan la música y la cultura cubanas, la calidad artística que ha caracterizado a la Banda, es un desafío constante para su director titular desde hace diez años, el maestro Igor Corcuera. Sin embargo, ha logrado acercar a la centenaria Banda a los nuevos tiempos, y conquistar a públicos heterogéneos.

«Aunque somos una Banda antigua, vamos con la modernidad», comentó el maestro Corcuera, en entrevista concedida a Granma.

 «Pienso que el sello de la Banda es la defensa de la cubanía mezclada con la diversidad. En un concierto podemos hacer desde un danzón hasta la banda sonora de una película de Hollywood, un tema de rock, jazz entre muchos otros géneros, siempre desde el formato sinfónico, sin perder nuestra tradición ni esencia».

Una muestra de esa fusión es lo que ofrecerá en la gala central por su aniversario, que tendrá lugar el día 21 de septiembre, en el Teatro Martí, acompañada por invitados especiales. «Será un programa muy atractivo. Vamos hacer un recorrido por la historia musical de la Banda».

Por primera vez hará una obra en la que se le incluirá a lo acústico efectos electrónicos controlados por un dispositivo móvil. «Eso forma parte de la contemporaneidad que nos proponemos».

Durante todo el año continuarán las celebraciones. Se presentará en las principales salas de conciertos de la capital, en el Teatro Martí y el Teatro Nacional, entre otros espacios. También tendrá entre sus invitados a músicos solistas y directores nacionales y extranjeros. «Tratamos de favorecer, no solo dirigir el titular o los directores cubanos invitados, sino que haya interacción con directores y agrupaciones extranjeras. Siempre es bueno el intercambio. Hay directores extranjeros que vienen con un repertorio de su país, pero otros vienen interesados en conocer y nutrirse de la música cubana. También tenemos la dicha de que muchos compositores extranjeros nos encargan sus obras para estrenarlas. Todo eso da la medida de la calidad que tiene la agrupación y del compromiso que tenemos con la música y la cultura cubanas».

A pesar de la incesante labor en salas, teatros y desde las redes sociales, lo que más disfrutan hacer es el trabajo comunitario. «La esencia de las bandas de concierto en general es comunitaria. Nuestros abuelos iban a los parques de los pueblos a disfrutar de las bandas».

Han continuado honrando esa tradición con sus retretas, conciertos al aire libre, los viernes por la tarde en la Plaza de Armas de La Habana Vieja. «Es un trabajo muy interesante. Uno ve la reacción del público. Las personas se acercan a ver qué es lo que están tocando los músicos. Después del concierto nos felicitan. Hay un contacto más directo».

Además de asistir a escuelas y conservatorios de música. La Banda ha ofrecido conciertos didácticos en escuelas de la comunidad donde radica su sede, en Centro Habana. Ofrece conciertos en otros espacios de esa comunidad. «Hemos aprendido a convivir. Están acostumbrados a que a las 09:00 a.m. empieza a sonar la Banda. Se despiertan con música». La institución se ha convertido en una fuente de empleo para muchos vecinos que son personal de servicio, auxiliares, custodios.

Esta vocación de servicio posibilitó que la Banda Nacional de Conciertos fuera de las primeras en sumarse al proyecto Música de concierto más cerca de ti, del Centro Nacional de Música de Concierto. «Nos ha permitido presentarnos en barrios periféricos donde no lo habíamos hecho. Ya hemos compartido con vecinos de las comunidades de La Palma y el Cotorro».

Sobre la aceptación de sus presentaciones en esas comunidades, cuenta que «las personas siempre reciben bien la buena música, sea popular, de concierto o del tipo que sea.  Hay que romper con la idea de que la música de concierto es para la élite, las personas mayores o intelectuales. Cualquiera puede acercarse y disfrutar de la música que hacemos».

Al maestro Igor Corcuera, cuando tenía 24 años, y todavía no se había graduado de dirección de orquesta en el Instituto Superior de Arte, lo invitaron a dirigir la Banda Nacional de Conciertos. Desde entonces, está al frente de esta institución, por la cual siente gran orgullo.

La Banda ha sido para él una escuela. «Yo me hice el director que soy hoy gracias a mi trabajo aquí. De igual modo, creo que los músicos que la integran o han pasado por sus filas, tienen mucho que agradecer a su experiencia en la Banda».

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