Creado en: octubre 27, 2021 a las 08:59 am.
Enrique Jorrín dentro del arte de México
En 1977 junto al funcionario cubano Ramiro Bouzón tuve la responsabilidad de atender al eminente músico, Enrique Jorrín Oleaga, invitado con su orquesta a México para un homenaje, cumplir contratos comerciales y recibir un disco de oro por las ventas de sus números más exitosos, entre ellos “La engañadora”, “El alardoso”. “Los marcianos llegaron ya”.
Se conmemoraba los 25 años de la irrupción del Cha-Cha-Chá y su rápida divulgación desde México donde su obra musical estaba estrechamente vinculada desde 1954 cuando fundó la orquesta y permaneció hasta 1958. Posteriormente visitó y actuó en ese país en más de 30 ocasiones, con presentaciones en Estados Unidos, Venezuela, Canadá y Panamá.
En 1959 regresó a Cuba, apoyó el proceso revolucionario y en 1964 realizó con su orquesta una exitosa gira por África y Europa, representando la cultura cubana en Alemania, Rumania, Bulgaria, Checoeslovaquia, Unión Soviética, Guinea, Ghana, Malí, Marruecos, Argelia, Alto Volta y Angola.
En nuestras conversaciones sobresalía su cultura, educación formal, ética, talento, disciplina, modestia y gran amor a Cuba, se sabía querido y admirado por el pueblo cubano. Nació en diciembre de 1926 en Candelaria, provincia de Pinar del Río, violinista, maestro, director y orquestador, a los 12 años de edad compuso e interpretó su canción “Osiris”, considerada un clásico de la música cubana, que siempre formó parte de su repertorio.
La gira de 1977 en México duró tres meses y actuó en el Distrito Federal, en el Gran Salón, en la Embajada Cubana y siete actuaciones en Televisa con amplia cobertura que llegaban de costa a costa y a varias ciudades de Estados Unidos.
Recibió galardones y reconocimientos entre ellos uno de la Delegación Benito Juárez y el denominado “Aplauso”, por su trabajo ¡DENTRO DEL ARTE DE MÉXICO!, por su contribución al enriquecimiento de la música de ese país. Después de sus compromisos en la Gran Ciudad, la orquesta fue contratada en otros lugares, entre ellos en un cabaret, restaurante y salón de baile considerado el más importante de la ciudad de Mérida.
Al Maestro le solicitaron una actuación especial y gratuita en el Estadio Deportivo con entrada libre para la población y días antes en un camión engalanado con luces de colores y banderas recorrió los parques y avenidas divulgando su música y canciones, mientras en un auto descapotado un presentador con potentes amplificadores anunciaba el gran concierto gratuito para las cuatro de la tarde del día siguiente.
Hubo una masiva concurrencia y desde las dos de la tarde el local estaba abarrotado, pero Jorrín no llegó y los asistentes reclamaban a gritos su presencia con aplausos y vivas a Cuba, pero inexplicablemente no fueron a recogerlos y en su lugar arribó una caravana con José López Portillo, Ministro de Hacienda y candidato a la presidencia de la República. La televisión y las emisoras radiales comenzaron a transmitir el acto y referían la gran acogida y entusiasmo de bienvenida al Candidato, nunca ante visto en la hermosa ciudad.
Días después me encontré con Doña Sara Ornelas, quien formó parte de la comitiva que viajó desde ciudad México con el Candidato Presidencial y contó que muchos asistentes al estadio criticaron con enojo a la empresa encargada de organizar el acto y utilizar el nombre de Jorrín, popularidad y prestigio para convocar a un acto de campaña electoral. Las protestas fueron masivas y López Portillo se enteró y exigió a los organizadores pedir disculpas al gran músico cubano y cumplir con el concierto.
Doña Sara era la principal dirigente del gremio de los vendedores de billetes de lotería. Se hizo muy popular cuando el 22 de septiembre de 1975, se anunció a López Portillo como el candidato a la presidencia del país y a escasas dos horas de ser proclamado, llegó a las oficinas con un nutrido grupo de sus seguidores con pancartas, sombreros, banderas, camisetas y un grupo de Mariachis, dando vivas al candidato y enarbolando una gran manta que proclamaba la adhesión de los billeteros.
La prensa reportó: “Doña Sara, con sus matracas, mantas y 300 chamarras luciendo el nombre de López Portillo… Nunca sabremos si la lideresa de los billeteros adivinó la jugada, si López Portillo la usó para madrugar a sus competidores o el Presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI) la utilizó para imponer a su candidato.
Otros medios de prensa reflejaron la sagacidad e intuición de una persona humilde, de lo más profundo del pueblo mexicano para conocer quién sería el candidato, otros la acusaban de oportunista y hasta que era amiga de Reyes Heroles presidente del PRI y este se lo había comunicado previamente.
Cómo la conversación era muy animada le preguntamos cual de esos comentarios era el verdadero, respondió: “Ninguno. Yo sabía que había tres posibles candidatos, preparé propaganda para cada uno de ellos, cualquiera sería igual, lo mismo de siempre. Cuando lo anunciaron abrí los paquetes correspondientes a López Portillo, salimos para sus oficinas y fuimos los primeros…”
Sara Ornelas pasó a la popularidad convocando a los billeteros y a los menesterosos a brindar apoyo al Candidato, era invitada a los mítines en diferentes ciudades, donde la recibían como gran personalidad y la entrevistaban por radio, televisión y la prensa.
Después de sus actuaciones en Mérida, el Maestro Enrique Jorrín siguió triunfando en otras ciudades, sus actuaciones fueron acogidas con gran cariño y entusiasmo y ante el extraordinario éxito el empresario mexicano deseaba organizar varios conciertos en las ciudades de la frontera de México con Estados Unidos y realizó los trámites correspondientes.
Jorrín estaba convencido que las visas serían otorgadas, pues su padre, un reconocido sastre y clarinetista de orquestas populares en Pinar del Río, murió en combate en la Segunda Guerra Mundial como soldado del Ejército Norteamericano.
En la Embajada de Estados Unidos en México le exigieron formular declaraciones contra la Revolución Cubana, el Comunismo, Fidel Castro y el gobierno cubano, ofendido abandonó la oficina donde realizaba los trámites y al informarme de ese encuentro comentó que desde niño aprendió a no dejarse chantajear, discriminar, venderse o perder la dignidad.
El 12 de diciembre de 1987 a la edad de 60 años, el pueblo cubano despidió a uno de sus músicos y compositores notables de la historia musical cubana y mexicana.