Creado en: julio 30, 2024 a las 07:28 pm.

Entregan Premios David 2024

Las escritoras Karla Flores y Maria de Jesús Chávez Vilorio ganaron los Premios David 2024 en las categorías de Novela y Cuento de Ciencia Ficción y Fantasía respectivamente.

La primera, egresada del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso, resaltó por «el singular tratamiento narrativo de graves y vigentes conflictos existenciales en el ámbito citadino nacional», declaró el jurado, conformado por los narradores Anna Lidia Vega Serova, Carlos Zamora y Rafael de Águila.

Su obra Salón de ensayo  explora las relaciones no binarias entre jóvenes a partir de una estructura coherente, un relato atractivo y bien cuidado.

«Esta novela nació de mi necesidad de escribir lo que veo y siento. El personaje principal bebe mucho de mí, es una estudiante de música, que vive en Centro Habana y sufre abuso escolar. La obra tiene varias lecturas, una la aceptación sexual, otra, como dijo el jurado, el tratamiento de la ética», confesó Karla Flores.

Como aseguró el escritor cubano Rafael de Águila, la decisión fue unánime sobre la novela Salón de Ensayo. En la literatura cubana contemporánea se percibe la herencia de autores como Virgilio Piñera, José Lezama Lima y José Martí. La narrativa de Karla Flores retrata «el momento en el cual vive, suda, aúlla, ama, sufre y llora una joven cubana».   

La mención se le otorgó a La dicha de los que flotan, de Luis Alberto Leal Cabrera. El volumen, que aborda un tema de largo registro en la narrativa cubana, destaca por «la lograda concepción del personaje central, reveladora de una complejidad en modo alguno convencional».

Por su parte, el conjunto de relatos y/o reportajes Donde la noche es eterna, mereció el Premio David de Cuento de Ciencia Ficción y Fantasía 2024. Como aseguró José Miguel Sánchez (Yoss), presidente del jurado, la obra destaca por el empleo magistral de la estructura del fix-up. «Es un libro que muestra distintos estilo, una voluntad periodística y, al mismo tiempo, juega con el humor. Esto nos conquistó desde el principio».

Su autora santiaguera, María de Jesús Chávez Vilorio, no solo desarrolla este género desde su propia sensibilidad literaria, también promueve la ciencia ficción y la fantasía cubana y caribeña.

Para ella «existen muchos movimientos cienciaficcioneros, pero nosotros somos únicos y debemos escribir sobre eso que nos hace únicos. Aunque históricamente este se ha centralizado fundamentalmente en occidente, en los últimos años han emergido autores en el centro y oriente de la Isla. Me gusta mucho que las mujeres de la ciencia ficción cubana juguemos un papel importante en el movimiento», argumentó.

Los miembros del jurado, Erick Mota y  Ramón Bermúdez, coincidieron en otorgar mención a los libros Quimeras y Creando un dragón, de Armando Ochoa Pérez y Alejandro Raymundo Pérez Martínez. Ambas obras resaltan por «su atrevimiento formal, capacidad de fabulación y habilidad para integrar la problemática cotidiana cubana en un entorno fantástico y/o futurista».

En la categoría de poesía, el jurado presidido por Basilia Papastamatiu, Antonio Armenteros y Fidel Antonio Orta, solo declaró la mención del cuaderno Fauces de una noche de soberbio clamor, de Dólver Fontanilla. El volumen expresa «las relaciones entre el ser humano y su espacio y las sensaciones y el pensamiento que le generan». Ningún texto presentado alcanzó «la calidad suficiente para merecer este premio de reconocido prestigio en nuestro medio literario».

Cada lauro fue entregado por la vicepresidenta primera de la UNEAC, Magda Resik.  Los Premios David, bautizados con el seudónimo de Frank País en la clandestinidad, se entregaron, como cada año, el 30 de julio. Este certamen para escritores noveles es también un homenaje al líder que enfrentó la dictadura batistiana.

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