Creado en: abril 19, 2024 a las 02:47 pm.
Falleció en La Habana el trovador cubano Ángel Quintero
La Nueva Trova cubana se viste de luto este 19 de abril, se marcha »Angelito», como le llamaban sus amigos y también el público, uno de los imprescindibles de ese movimiento, de la hornada que bebió de cerca la savia de los fundadores, que hizo suya esa manera de escribir y de cantar canciones, que con orgullo convirtió en principio de vida.
Fue artista hasta el último momento, «hoy grababa Beatríz (Márquez)», me comentó hace dos días; «escucha el último arreglo de Kiki (Corona), es mucho mejor que el anterior», me pidió igual, mientras con su voz, ya cansada, nos hablaba contento de su próximo disco Canción de luz, que bajo la tutela de Silvio Rodríguez asumió el sello Ojalá.
La Juntamenta, peña que organizó cada mes en el Centro Salvador Allende y de la cual fue anfitrión durante varios años, fue su último bastión en defensa de la canción de autor inteligente en Cuba.
Por el patio de la añejo casona del Vedado habanero, Angelito hizo que desfilaran músicos y cantantes como Pedro Luis Ferrer, Martha Campos, Ireno García, Pepe Ordaz, Rafael Guedes, Benito de la Fuente, entre otros nombres imprescindibles de la trova cubana, junto a jóvenes en los que reconoció el talento.
Su fonograma póstumo es una declaración de amor, fe y esperanza del músico y guitarrista, que crecerá en la voces del propio Silvio, en una canción junto a Angelito, también de Anabel López, acompañada al piano por el maestro Frank Fernández.
En este fonograma de autor cada letra es una joya que viaja acompañada por el talento de reconocidos artistas. Además de Kiki Corona, Beatriz Márquez, participarán también Bárbara Llanes, Frank Fernández, Alain Pérez, Marta Campos, Frank Delgado, Heidi Igualada, Juan Carlos Pérez, Alejandro Valdés, entre otros.
A poco de cumplir los 68 años (31 de mayo, 1956) y con más de 40 de vida artística, el trovador resaltó por su experimentación constante y letras agudas que retratan e interpretan la realidad de su país, como es el caso de su disco Paisano (2000), donde compartió vivencias cercanas sobre la diáspora cubana y de otras naciones latinoamericanas.
Temas de su autoría como «Solamente una ventana», «Tumbao» o «Corazón, corazón» forman parte indisoluble de lo mejor en la banda sonora de los cubanos de los años 80′ del pasado siglo, y la permanencia de su música entre generaciones evidencia la vitalidad de esa obra.