Creado en: octubre 16, 2024 a las 07:39 am.

Festival de Música Contemporánea de La Habana, 40 años fructíferos

Por Oni Acosta Llerena

Con los conciertos dedicados a la música de cámara que se efectuaron los pasados sábado y domingo en la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís y en la Sala Ignacio Cervantes, respectivamente, culminó la edición 38 del Festival de Música Contemporánea de La Habana, que organizan la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y el Instituto Cubano de la Música.

Si tuviéramos que describir el resultado de esta edición, podría hablarse de un logrado equilibrio conceptual en el cual convergieron obras musicales acabadas de salir del imaginario creativo de sus compositores y que tuvieron su primera interpretación mundial, con otras que ya forman parte de nuestro entorno sonoro y que han marcado la pauta del evento. Bien podría ser este el punto que define los primeros 40 años de vida de este prestigioso Festival.

A lo largo de su historia, incontables han sido las obras –ya fueran en calidad de estreno o algunas referenciales– de compositores cubanos e internacionales que se han disfrutado. Otro logro del evento ha sido la presencia de los más importantes creadores y solistas del mundo como Krzysztof Penderecki, Luigi Nono, Zbigniew Rudzinsky, Marlos Nobre, Sten Hanson y Hans Werner Henze, junto a los más relevantes compositores cubanos de la vanguardia de la segunda mitad del siglo xx, como Harold Gramatges, Leo Brouwer, Juan Blanco, Carlos Fariñas, Roberto Valera, Guido López-Gavilán, José Loyola, Juan Piñera, Jorge López Marín, Tulio Peramo y otros.

Además de ellos, ha sido muy oxigenante para el Festival ir nucleando a jóvenes con no menos desbordantes matices compositivos, que de manera inequívoca representan hoy día a la nueva generación de creadores cubanos. Aquí podemos mencionar a Ernesto Oliva, José «Pepe» Gavilondo, Wilma Alba Cal, Teresa Núñez, Aileen Carvajal, Aldo López-Gavilán, Jorge Denis y más.

La música contemporánea ha sido expuesta cada año por diversos y atractivos formatos de cámara, incluso algunos rozan los contornos experimentales y no solo en repertorio, sino en la tipología instrumental que los conforma.

Se suman nuestras más sólidas agrupaciones de tipo cameral, coral y sinfónico como la Orquesta Sinfónica Nacional, la Orquesta de Cámara Música Eterna, Orquesta de Cámara de La Habana, Camerata Romeu, Solistas de La Habana, Coro Nacional, Exaudi, Vocal Leo, Schola Cantorum Coralina, dúo Pro Música, Dúo Ondina, Quinteto Santa Cecilia, así como solistas de exquisita expresión musical como Bárbara Llanes, Milagros de los Ángeles, Frank Fernández, Niurka González, Evelio y Cecilio Tieles, y Huberal Herrera.

Pienso que debe reconocerse el tesón del comité organizador; al maestro Guido López-Gavilán, quien preside el evento desde hace más de 30 años, y a las prestigiosas salas de concierto que han fungido como sedes habituales: la Basílica, el Oratorio San Felipe Neri, el Teatro Nacional, la Biblioteca Nacional, la Casa de las Américas y la Sala Rubén Martínez Villena, por haber hecho posible con su apoyo la permanencia de este Festival, tan fructífero y trascendental.

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