Creado en: abril 16, 2021 a las 06:29 am.
Fidel y el Partido de la Revolución
Inicia hoy la celebración del VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba. Desde su fundación, con la elección de su primer Comité Central, el 3 de octubre de 1965, los anteriores congresos se han celebrado en las fechas siguientes:
I Congreso, del 17 al 22 de diciembre de 1975; II Congreso, del 17 al 22 de diciembre de 1980; III Congreso, del 4 al 7 de febrero de 1986; IV Congreso, del 10 al 14 de octubre de 1991; V Congreso, del 8 al 10 de octubre de 1997; VI Congreso, desde 16 al 19 de abril de 2011; VII Congreso, desde el 16 al 19 de abril de 2016. Estos cónclaves han sido hitos para profundizar, salvar coyunturas y trazar nuevos rumbos a la Revolución.
Existen muchas ideas, forjadas durante su trayectoria en el periodo revolucionario, que merecen un destaque para la mejor comprensión de la significación y papel del Partido dentro de la sociedad cubana de hoy y del futuro.
En el Preámbulo de la Constitución de la República de Cuba, proclamada el 10 de abril de 2019, se expresa: “Nosotros, el Pueblo de Cuba… Conscientes de que la unidad nacional y el liderazgo del Partido Comunista de Cuba, nacido de la voluntad unitaria de las organizaciones que contribuyeron decisivamente al triunfo de la Revolución y legitimado por el pueblo, constituyen pilares fundamentales y garantías de nuestro orden político, económico y social”.
Y en el artículo 3 se estipula: “El Partido Comunista de Cuba, único, martiano, fidelista, marxista y leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, sustentado en su carácter democrático y la permanente vinculación con el pueblo, es la fuerza política dirigente superior de la sociedad y del Estado.
Organiza y orienta los esfuerzos comunes en la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista. Trabaja por preservar y fortalecer la unidad patriótica de los cubanos y por desarrollar valores éticos, morales y cívicos”.
El hecho de que el Estado cubano sea de carácter socialista, confiere importancia vital al hecho de que el Partido sea reconocido en el texto constitucional, toda vez que la Revolución Cubana es la obra más acabada y trascendente de nuestro pueblo a lo largo de sus duras batallas por la felicidad, la autodeterminación, libertad y justicia, y que el Partido Comunista de Cuba alza hoy toda la historia gloriosa de nuestro pueblo y la proyecta victoriosamente hacia el futuro.
En consonancia con los enunciados anteriores, vale la pena señalar las ideas planteadas por Fidel en el discurso del 20 de marzo de 1974, y que aparecen en la primera hoja del carné que portan los militantes del Partido en Cuba. Estas son: “De la unión y de la idea, de la unidad y de la doctrina, en el crisol de un proceso revolucionario se ha forjado este Partido. Y por esas dos cosas tendremos que velar siempre: por la unidad y por la doctrina, porque son nuestros pilares fundamentales. Por el imperio del mérito en el seno del Partido, de las virtudes revolucionarias, de la sencillez y de la modestia, por la vinculación con las masas, de la cual jamás podrá separarse nuestro Partido, porque eso es lo que le da razón de ser y eso es lo que le da su prestigio, su autoridad y su fuerza. ¡Nunca por encima de las masas, siempre con las masas y siempre en el corazón del pueblo! ¡Que nuestra autoridad no emane de ser el Partido de la Revolución o de la autoridad que nos da el Partido por sí mismo, sino que nuestra autoridad emane siempre de la idea, del concepto que el pueblo tenga de los militantes y de los cuadros del Partido!”
Fue Fidel quien visionariamente, en pasos sucesivos y desde el Movimiento Revolucionario 26 de Julio, fue cimentando la unidad de los combatientes revolucionarios, que pasó después del triunfo por etapas como las de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), en 1961, el Partido Unido de la Revolución Socialista (PURSC), en 1962, y finalmente el Partido Comunista de Cuba (PCC), en 1965.
Por lo que ha significado este proceso de organización política, y ya en el contexto del VIII Congreso, es pertinente reiterar, a modo de conclusión, estas ideas esenciales de Fidel referentes a nuestro Partido.
“El Partido es la vanguardia del pueblo, la seguridad del pueblo, la garantía del pueblo”.
“Este Partido es fruto de la Revolución misma. La Revolución trajo al mundo al Partido, y ahora el Partido lleva adelante la Revolución”. “El Partido es un vehículo por excelencia y la garantía de la continuidad histórica. El Partido es el más formidable instrumento de la Revolución; es lo que le da dirección y solidez. Revolución que no es de nadie en particular. Revolución que no depende de ningún hombre, ni de hombres, sino la Revolución que depende del pueblo”.
“Los hombres pasan, el Partido es inmortal. El Partido es el alma revolucionaria del pueblo, que con sus organizaciones de masa abarcando a todo el pueblo, lleva adelante la Revolución”.