Creado en: julio 8, 2023 a las 02:54 pm.

Fiesta del Fuego 2023, celebración de la vida

El Desfile de la Serpiente de la Fiesta del Fuego no deja de sorprender. /Foto: tomada del periódico Sierra Maestra

Al poeta que sentenció «todo lo que tiene fin es breve», habría que corregirle la plana de acuerdo con la experiencia de la Fiesta del Fuego 2023, cuadragésimo segunda edición del Festival del Caribe que cada verano tiene lugar en Santiago de Cuba.

El enlace de la cultura de la muerte, de tan hondo arraigo en la identidad mexicana, con otras zonas de la cuenca del Caribe, demuestra por estos días que el final de toda existencia, cuando se ha obrado bien, escapa a la finitud, en tanto se prolonga en la memoria y el tiempo. La brevedad vital es relativa; los afectos quedan en grandes y pequeñas historias, en la oralidad y la cultura de nuestros pueblos.

Como afirmó Orlando Vergés, director de la Casa del Caribe, se trata de dar sentido al ciclo de la vida y la muerte: «Las celebraciones del Día de Muertos, que tradicionalmente tienen lugar los primeros dos días de noviembre, ofrecen múltiples puntos de contacto con las culturas populares de la región, de manera particular con las fiestas patronales y los carnavales, y remiten inexorablemente a ritos y creencias ancestrales de fácil reconocimiento en comunidades caribeñas. Esta es una dedicatoria audaz, por el desafío que resulta trasladarlas de espacio y fechas; no obstante, aceptamos el reto que supone dignificar en otro contexto esas peculiares celebraciones de insospechadas profundidades y de contenidos estéticos imponentes».    

Una nutrida representación mexicana anima los espacios de la ciudad; la academia y la escena, la música y las artes visuales. El III Congreso sobre la Muerte –el fundador de la Fiesta del Fuego, el entrañable Joel James, estimuló las investigaciones y él mismo investigó el tema; y en 1993, contando con México, dio la señal para la primera convocatoria– desarrolla una agenda original en el  teatro Heredia, que comenzó con la conferencia de la arqueóloga Patricia Ledesma, del Instituto Nacional de Antropología e Historia, sobre los enterramientos prehispánicos y las representaciones del inframundo, y continuó con la exposición del conservador de Santiago, arquitecto Omar López, que abarcó desde los valores patrimoniales de la ciudad, en especial la necrópolis de Santa Ifigenia, y hasta la impronta de acontecimientos luctuosos en la tradición sonora popular.

Las representaciones visuales que desdramatizan el término existencial caracterizaron más de un pasaje del habitual Desfile de la Serpiente, que congregó a las delegaciones visitantes y los anfitriones en el parque Céspedes: de un lado, el piquete de Los Ripiaos, con su estrépito de latas y el brillo esquelético de los harapos; del otro, danzantes mexicanos que recrean coreografías de los pueblos originarios; de un lado, la imaginería de los hombres carroza; del otro, la carga alegórica del Estudio Teatral Macubá, que dirige la maestra Fátima Patterson. En el punto de partida, la carga y entrega de mpakas, de la tradición mayombera, síntesis de herencias ancestrales, acompañadas por el canto de Voces del Milagro y los toques de formidables bataleros. En el último compás, lo mejor de la conga santiaguera, la gente de Paso Franco.

Las calaveritas de José Guadalupe Posada pueden verse en la sala expositiva de la Oficina del Conservador de la Ciudad, a pocos metros del parque Céspedes, regalo a la Fiesta del Fuego de los amigos de Aguascalientes que viajaron a la urbe oriental. Solo falta, por ahora, la repostería que acompaña las celebraciones mexicanas de la muerte y la vida. Quién sabe, quizá antes de que el festival culmine el próximo domingo, se haga realidad.   

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