Creado en: junio 29, 2024 a las 08:13 am.

Honra y vida de la cultura nuestra

“A veces se afirman juicios sin sostén alguno en la palabra de Martí, y en otras ocasiones esta es recortada en su alcance o, lo que quizás es peor, se le amplía a límites inimaginados por el propio escritor”.

Así lo refiere Pedro Pablo Rodríguez (La Habana, 29 de junio de 1946) –Doctor en Ciencias Históricas e Investigador Titular del Centro de Estudios Martianos– en las palabras liminares de su libro Pensar, prever, servir. El ideario de José Martí (Ediciones Unión, 2012).

El también periodista y profesor cubano, director general de la edición crítica de las Obras Completas del Apóstol, insiste en leer a Martí, y además hacerlo con amplitud y de conjunto, para realmente asir la hondura de su ideario.

Sobre las concepciones martianas acerca de la cultura de quien suscribiera que “la poesía vive de honra”, el Premio Nacional de Ciencias Sociales (2009) e Historia (2010) ha subrayado “el explícito carácter moral sustentador de sus ideas artísticas, en concordancia con el marcado sentido ético que rigió siempre toda su actuación y su pensamiento”.

En una entrevista ofrecida a Prensa Latina, Rodríguez afirmó que para Martí, la cultura era un elemento básico a fin de sostener la unidad entre los cubanos en las luchas por la independencia.

Tenía, asimismo, una visión amplia sobre la cultura, y consideraba que eran parte de ella la educación, los aportes de la investigación científica y todo aquello que estudiara a los seres humanos, los pueblos, identidades, costumbres, hábitos, fiestas populares, y comidas tradicionales.

El Héroe Nacional de Cuba se mantenía rigurosamente informado (con una amplitud que parece increíble incluso para los estándares actuales) de todo lo que pasaba en el ámbito cultural, especialmente en América Latina y Cuba.

Pedro Pablo comentó en la entrevista citada que ha hallado alrededor de 45 textos del Apóstol sobre figuras de la cultura artística y literaria cubana.

Llama la atención que más de la mitad fueron publicados en Patria: “¿Por qué en Patria, que sin duda tenía un sentido y una orientación, hoy diríamos político-ideológica, un periódico formador de conciencia patriótica, para impulsar la unidad de la emigración y la unidad de los emigrados con los patriotas dentro de Cuba?”.

Lo que impulsaba a Martí, en opinión de Rodríguez, era su concepción de que a través de los artistas y escritores se expresaban los valores, la identidad, y la manera de ser del pueblo; lo que contribuía con el sentido de nación.

Esas ideas son tan útiles para el presente como aquella que le otorgaba a la educación un sentido patriótico, y por la cual el Apóstol dió mucha importancia a los encuentros entre emigrados e intelectuales.

La cuestión era ensanchar los horizontes para que todos comprendieran por qué eran valiosos el sentido cultural de lo cubano, los propios hábitos, costumbres y la defensa de lo nacional.

Como un faro que ilumina en todas las esferas de la espiritualidad nuestra, Martí pone luz en los desafíos actuales de la cultura, sobre todo como sostén de la soberanía.

Si para el Héroe de Dos Ríos la anexión era un peligro espantoso, Pedro Pablo coincide: mientras haya imperialismo en Estados Unidos, Cuba está en peligro.

“Me pongo triste cuando veo un cubano capaz de una acción contra Martí”, ha declarado el estudioso. Y en ese sentimiento de honra y vergüenza para defender lo que nos es más sagrado pueden reconocerse muchos hijos de la Isla.

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