Creado en: febrero 7, 2022 a las 10:41 am.
Israel Rojas, el miedo que se convirtió en poesía
Aunque el mundo esté de «Pi.3.14» y la maldita culpa no la tenga nadie, en esta Cuba sobreviviente, lo malo se bota a matar y «la música vital», como gallo de pelea, sigue dando guerra.
Bien lo sabe el guantanamero Israel Rojas, que burló la fatalidad geográfica de su provincia natal, heredó los géneros del kiribá, el negón, la timba, el son y los mezcló con los sonidos que fueron apareciendo en su vida, entre ellos las canciones de la radio, la bulla de La Habana en pleno apogeo y los versos en voz alta de Regino Boti.
Es imposible imaginar que el vocalista de Buena Fe le tenga miedo a algo. Pero hay dos pánicos que confesó abiertamente en una tertulia de la Asociación Hermanos Saíz: A la poesía y los escenarios.
Parece irónico pensarlo mientras se escucha algún tema de Arsenal, Presagios, Catalejo o Los extremistas nobles. El abogado de profesión suele hacer «cuentos» en los conciertos, soltar una que otra jarana o hablar de la «luchita» diaria.
Alguien así no parece asustado por la poesía y mucho menos por los escenarios. La música, sin embargo, lo hace sentir como pez en el agua. Ese estado líquido que asume cuando canta le permite, como él mismo confiesa, “pasar por los charcos más hondos con una sonrisa en el alma, no en la boca, en el alma”.
El joven, que a los 14 años compuso sus primeras obras, sustituyó las planillas y las actas del Derecho por las partituras. De vez en cuando, la justicia se cuela en sus letras y convierte la crítica en una nota musical.
Lo amen, lo odien o lo ignoren, Israel Rojas, sigue viviendo para la música en la Isla donde nació. Junto a Yoel Martínez narra un pedazo de país a flote en medio de muchas turbulencias. De vez en cuando el miedo lo acecha. Entonces toma una bocanada de aire y empieza a cantar.