Creado en: marzo 24, 2022 a las 10:15 am.
Juan Marinello, amor y destino
Por Emmanuel Tornés
Aún vienen a nuestra memoria las imágenes de Juan Marinello Vidaurreta (Las Villas, 1898-La Habana, 1977) aquella mañana de 1976 cuando, después de presidir la sesión constitutiva de la Asamblea Nacional del Poder Popular, tomó el micrófono, y con el rostro transido de dolor, pidió a la asamblea le permitieran marcharse para estar al lado de María Josefa Vidaurreta, su compañera de toda la vida, la cual había fallecido ese mismo día. ¡Qué entereza cívica, cuánta lealtad a su pueblo!
María Josefa fue su amor eterno. A ella dirigió bellísimas cartas, cuya ternura está presente, aun, en la belleza de la escritura y elegancia del idioma. Aparte del amor de pareja, los unió la pasión por las letras, las artes, la ideología y la lucha social. A ella dedicó también los finos versos de Liberación (Madrid, 1927): Aquella frente tuya, / rumorosa, / hecha de luna y / caracol marino / fue la dueña / absoluta de la rosa / cuando / emprendimos, / juntos, el camino. (Tu frente).
Integró Marinello una generación de figuras cimeras. A ellas y a sus continuadores les cupo defender lo cubano y difundir la ética martiana frente a los desgobiernos y al imperialismo yanqui. Fue Martí el gran paradigma de sus estudios literarios y faro de su destino redentor. Luego, junto a Julio Antonio Mella y Rubén Martínez Villena, abrazó el marxismo.
Se graduó en Derecho Civil (1920), en Derecho Público (1921) y en Filosofía y Letras. Por sus brillantes resultados en Derecho Civil se le concedió una beca en la Universidad Central de Madrid (1921-1922). Al regreso participa en la Protesta de los Trece (1923). Con Martínez Villena y Mella crea la revista Venezuela Libre. Está, además, entre los fundadores de la Institución Hispano Cubana de Cultura y de la Revista de Avance (1927), órgano del vanguardismo en la Isla. Participa en el Grupo Minorista. Por su oposición política a Machado, sufre prisión en 1932. México lo acoge como exiliado y eminente profesor en varios periodos. Desde este país, traslada a La Habana las cenizas de Mella. En 1937 viaja a Madrid con Nicolás Guillén para asistir al Congreso de Escritores por la Defensa de la Cultura. Recorre numerosos países. Ofrece conferencias, publica artículos, ensayos y libros en Cuba y el extranjero. Ejerce un periodismo de prosa viva y refinada. Sus textos reflexionan sobre múltiples asuntos: la política, la enseñanza universitaria, la paz mundial, la Unesco, la literatura y el arte nacional e internacional y el ejercicio de la crítica. Deviene así Marinello en una personalidad admirada y respetada en el mundo. El mexicano Alfonso Reyes lo llama «cubano universal». Participa en la Asamblea Constituyente de 1940. Funge como Senador entre 1944 y 1948. Este propio año concurre como candidato a la presidencia de la República. Asiste al Primer Congreso Mundial por la Paz y a sus eventos sucesivos entre 1949 y 1966. En 1953 visita Moscú, como conferencista en los actos por el centenario del natalicio de José Martí. Su oposición a la dictadura de Batista lo lleva a prisión y al exilio en varios momentos.
Tras el triunfo de la Revolución se le nombra Rector de la Universidad de La Habana, en 1962. En 1963 se le designa embajador ante la Unesco. Integra, en 1965, el Comité Central del PCC. En 1974 participa en la redacción de nuestra constitución socialista. Entre sus obras sobresalen: Americanismo y cubanismo literario (1932), Poética. Ensayos en entusiasmo (1933), Españolidad literaria de José Martí (1942), Actualidad americana de José Martí (1945), Meditación americana (1959), Sobre el modernismo: polémica y definición (1959), Ensayos martianos (1961), Contemporáneos (1964), Once ensayos martianos (1964), García Lorca en Cuba (1965), Sobre nuestra crítica literaria (1970), Creación y Revolución (1973), Comentarios del arte (1983) y Cuba: cultura (1989).
Tomado de: https://www.granma.cu/cultura/2022-03-23/juan-marinello-amor-y-destino-23-03-2022-22-03-56
