Creado en: octubre 3, 2024 a las 02:00 pm.

Nos dice adiós Marta Valdés, compositora de la emblemática “Palabras”

Foto: Kaloian Santos Cabrera

Marta Valdés, autora de “Palabras”, una de las obras más célebres del panorama musical cubano y fundadora de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), falleció este 3 de octubre, a la edad de 90 años, dejando un valioso patrimonio melódico dentro de la historia del pentagrama nacional.

La virtuosa compositora, intérprete y crítica musical vio la luz en 1934, y apenas rebasaba su primera década de vida, cuando la sensibilidad artística le inspiró a acariciar la guitarra, para recibir nociones del instrumento.   

Bebió de los saberes de prestigiosos profesores de Teoría y Solfeo, y en 1963, se alistó en los cursos del Seminario de Música Popular, dirigido por el pianista y musicólogo Odilio Urfé.

Boleros, sones, criollas, habaneras y música para teatro y televisión, dan fe de su versatilidad como compositora y cantante. A su lista de facetas artísticas se suman la de asesora musical del Grupo Teatro Estudio. También prestigió, con su participación, en 1967, el Encuentro de la Canción Protesta, auspiciado por la Casa de las Américas.

Su primera composición, el bolero que la catapultó a la fama desde sus inicios en el escenario musical profesional en 1955, le inspiró a fundar en 2009 y a sostener hasta 2013, la columna Palabras en el portal digital Cubadebate, plataforma que atesora crónicas, testimonios y valoraciones críticas sobre el acontecer musical. De su puño y letra, nacieron libros como Donde vive la música, Palabras y La cuerda al aire, entre otros, hechos que la confirman como una intelectual extraordinaria.

Su impronta llevará a recordar por siempre otras piezas musicales de valía como No es preciso; José Jacinto; En la imaginación; Canción simple; Deja que siga sola; y Tú no sospechas, entre otras, que fueron defendidas y popularizadas por intérpretes de primera línea como Vicentico Valdés, Elena Burke, Bola de Nieve, Cheo Feliciano, Fernando Álvarez, Martirio, Omara Portuondo, Miriam Ramos y Pablo Milanés.

Su exquisita sensibilidad artística, su palabra poética y su gran talento musical la convirtieron en figura sobresaliente de la segunda generación del filin, puente entre los maestros fundadores del género y los cantautores del Movimiento de la Nueva Trova, quienes la respetaron y reconocieron como un referente imprescindible.

En 2007, como tributo a su incalculable aporte al mundo de la melodía, abrazó el Premio Nacional de Música y otros lauros como el Pablo, del Centro Pablo de la Torriente Brau, el Cubadisco y Maestro de Juventudes, de la Asociación Hermanos Saíz.

Las distinciones Por la Cultura Nacional y Félix Elmuza, la Medalla Raúl Gómez García y las órdenes Alejo Carpentier y Félix Varela de Primer Grado, le colgaron del pecho a Marta Valdés, tesorera de una sensibilidad y creatividad excepcionales, que le convirtieron en una imprescindible de los escenarios musicales.  

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