Creado en: octubre 8, 2021 a las 08:22 am.
Recordar a Marta Rojas, la indomable
Una mañana de recuerdos y anécdotas, cargadas de admiración y cariño, fue el homenaje de la UNEAC a la inolvidable periodista y narradora Marta Rojas, este jueves 7 de octubre en la sala Rubén Martínez Villena. La Asociación de Escritores convocó a varias personalidades de la cultura, que fueron sus amigos más cercanos, para hablar sobre ella con regocijo porque, a pesar de expresar el dolor por su reciente partida, es la única manera de recordar a una persona que amó tanto la vida.
Al hacer la presentación, el presidente de la Asociación de Escritores, Alberto Marrero, destacó los 93 años de su fecunda vida y obra como un ejemplo para periodistas, escritores y revolucionarios. “Nos hizo creer que sería eterna”, expresó, y señaló su dinamismo, su fuerza y energía inagotables, su cualidad de narradora curiosa e insaciable en el conocimiento para su creación artística.
El Premio Nacional de Literatura y Presidente de Honor de la UNEAC, Miguel Barnet, fue el primero en resaltar que a Marta solo se puede despedir con alegría, pues era muy sarcástica en su vitalidad y creatividad infinita, lo que tanto le admirara. “Agotó lo posible y lo imposible”, dijo, pues no tenía conciencia de su edad, ni de la muerte, ni de las enfermedades y llevó la vida con una fuerza tal, incluso en los momentos más difíciles, que la hicieron una persona maravillosa, imposible de olvidar.
El Premio Nacional de Cine, Senel Paz, recordó su vida alegre y entusiasta, con toques de dureza ante las injusticias y lo mal hecho. Resaltó la preocupación que tenía por los aspectos técnicos y narrativos de su obra, atenta a las observaciones que recibía de sus amigos, las que devolvía con una variante muy propia y convincente. Señaló el valor extraordinario que le otorgaba a la trama en sus novelas, pues prestaba mucha atención que sus obras fueran de interés para el lector, y recordó su entusiasmo con la última que escribió, que dejó terminada y lista para impresión. “Ella era la permanente alegría, la positividad y el pragmatismo, así nos seguirá acompañando”, concluyó.
La cineasta e investigadora Rebeca Chávez comentó la relación de Marta con el cine y otra de sus pasiones importantes: Vietnam, pues los recorridos que hiciera por ese país desde los años 60, como corresponsal de guerra, le permitieron tener un conocimiento desde una perspectiva diferente, de vivencias humanas, que era la historia que prefería contar. “Ella fue la que más le reveló a Santiago Álvarez lugares y características de Vietnam, que le permitieron tener una visión distinta para hacer su documental”, resaltó, además de compartir los mismos sentimientos de generosidad que el resto de los amigos, a quienes escogió como su familia.
La también Premio Nacional de Literatura Nancy Morejón pidió una licencia poética para calificarla como una escritora “polar”, pues su vida y su obra siempre se movió en los polos, en momentos trascendentales que no perdió oportunidad para reportar y, desde ahí, entrar en la narrativa. “Nos deja una escritura muy valiosa”, señaló, y propuso recoger en cinco tomos – aunque sea en formato digital – su legado periodístico y literario, centrado en: el juicio del Moncada y sus variaciones; una recopilación de sus crónicas; artículos y entrevistas varias; todas sus reflexiones sobre Vietnam; y una selección de su obra narrativa. Se le ocurrió como nombre para esa antología “El columpio de Marta Rojas”, en referencia a su primera novela titulada “El columpio del Rey Spencer”, un modo muy suyo de entender el Caribe, donde mezcla las culturas de Jamaica, Haití con las lomas de su Santiago de Cuba.
La poeta y narradora Marilyn Bobes la recordó como una mujer excepcional que no cabe en palabras, con “una juventud que no puede medirse con los años, sino en un estado secreto del alma donde ella fue maestra”. Al calificarse como “una de sus mejores amigas”, compartió testimonios de su generosidad y lealtad con esa selección de amigos-familia que hizo en vida, donde la pasión por el periodismo y la literatura era compartida también por su gusto a las pizzas, las cervezas y las telenovelas. Resaltó que era muy cuidadosa con las apropiaciones en sus obras, donde la realidad y lo insólito se mezclaban magistralmente. “Valiente como pocas, tuvo una salud de hierro y la forma en que amaba la vida no la he visto en muchas personas”, señaló.
Por su parte, el Vicepresidente de la UNEAC, Pedro de la Hoz, coincidió en que Marta nunca pensó en la muerte, “por eso la estamos recordando como una persona viva y siempre la recordaremos como la indómita”. Destacó la intensa relación que tuvo con el mundo de la cultura, que no se limitó a la literatura, pues tuvo relaciones memorables con artistas plásticos como Fuster o Flora Fong (también presente en el homenaje), con músicos como José Luis Cortés (“El Tosco”) y NG la banda, con Nicolás Guillén y la Fundación que lleva su nombre, entre muchos otros.
“Indómita, rebelde y con una energía increíble”, insistió, para subrayar su vínculo indisoluble con la UNEAC y recordar su reciente participación en las conmemoraciones por el 26 de julio y el 60 aniversario de la organización, sobre todo su llamado a la responsabilidad en el trabajo con los más jóvenes. Tras leer y agradecer al canciller vietnamita la hermosa carta que enviara, con motivo del fallecimiento de Marta, pidió culminar el homenaje con un fuerte aplauso, como se le hace a los grandes artistas.
También se encontraban presentes en la velada el presidente de Casa de las Américas, Abel Prieto; la vicepresidenta primera de la UNEAC, Marta Bonet y demás vicepresidentes; y la Primera Secretaria de la Embajada de Vietnam en Cuba y otros funcionarios y amigos.