Creado en: diciembre 9, 2023 a las 12:13 pm.
Trinidad: catedral del arte y la canchánchara más grande del mundo
Desde hace siete lustros la legendaria Trinidad de Cuba, junto a su Valle de los Ingenios, prestigia la nómina del Patrimonio Cultural de la Humanidad, que atesora la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, (Unesco). Y aunque sus valores arquitectónicos e históricos embrujan las miradas de quienes llegan, un día cualquiera, desde otras partes del archipiélago o del mundo, por estos días un suceso sin precedentes convierte a la Ciudad Museo del Caribe en una especie de Catedral del Arte: la primera edición del Festival Canchánchara, Tradición y Cultura.
Cantineros del patio y campeones de otras regiones, elaboran en la plaza fundacional del Jigüe, el cóctel trinitario de origen mambí más grande del mundo, lo cual pudiera merecer un Récord Guinness. Alrededor de ese acontecimiento, la música y las artes visuales danzan en una fiesta de pueblo, haciendo realidad un sueño del cantante y compositor trinitario, José (Pepe) López Santander, para el cual encontró aliados como la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (Egrem), la sucursal extrahotelera Palmares, la Empresa de Promociones Artísticas y Literarias (Artex), la Oficina del Conservador de la Ciudad y el Valle de los Ingenios de Trinidad, entre otros.
«Quisimos que estuvieran presentes nuestras raíces africanas y españolas en una combinación artística. Desde la apertura disfrutamos de las Tonadas Trinitarias y de una coreografía flamenca, alegórica a las mencionadas culturas», expresó el autor del tema Con un abrazo.
«Nos acompaña parte del catálogo de artistas de la Egrem como Isaac Delgado, Waldo Mendoza, Hayla María Mompié, Maykel Blanco y su Salsa Mayor, entre otros invitados como Mauricio Figueiral y Adrían Berazaín».
Unas 15 personalidades de la cultura en predios trinitarios subirán al podio para recibir el premio Excelencia Canchánchara, Tradición y Cultura, entre ellos Isabel Bécquer (La profunda), reconocida trovadora trinitaria; José Ferrer, autor del llamado Himno de la Ciudad, Cerca del mar y del monte; Alain Pérez, nacido en estos lares y defensor de la música cubana por el mundo; el museólogo, restaurador y fundador del Grupo de Arqueología Guamuhaya, Víctor Echenagusía Peña, otrora presidente del Comité Municipal de la Uneac en Trinidad, y quien junto a Teresita Angelbello ideó la vasija en la que se consume la Canchánchara, en el centro de Palmares que lleva el nombre de la poción conocida en medio mundo.
Durante el Festival- que también es antesala de la celebración de los 510 años de la Villa de la Santísima Trinidad– se expondrá la muestra fotográfica Familia Santander: Legado e identidad, imágenes salidas del lente de Raúl Abreu, y que revelan el quehacer de la mencionada familia moldeadora del barro, que da vida al desarrollo de la artesanía en la Ciudad Creativa por la Unesco.
La gastronomía, también impone sus olores y colores en el convite que da vida a la canchánchara gigante escoltada por manifestaciones artísticas, y, además de las propuestas comestibles que son tradicionales en el centro sur de Cuba, desde la pintura se rinde tributo a la cultura culinaria local y cubana, a través de la exposición Sabor y arte VII: Hecho en Cuba, que exhibe en el Museo de Arqueología, unas 30 obras de exponentes de las Artes Plásticas, entre ellos nativos de la antiquísima localidad.
En una de las ciudades mejores conservadas de América Latina, el primer capítulo del Festival Canchánchara, tradición y Cultura tendrá como colofón, el domingo venidero, la unión vocal e instrumental de músicos trinitarios y de otras partes de Cuba, cuya voz principal será la de Maikel Blanco y su Salsa Mayor, para interpretar el tema Cerca del mar y del monte, con firma autoral de José Ferrer, quien junto al desaparecido físicamente, Pedrito González conformaba el Dúo Escambray, un ícono de la cultura local.
«Queremos rescatar las serenatas en Trinidad y volver a cantar desde los balcones y las ventanas, por todas nuestras calles empedradas del centro histórico, y ese es uno de los propósitos de esta fiesta de pueblo, en la que buscamos que brote de nuevo desde nuestras almas la alegría que ha caracterizado siempre a nuestra gente», sentenció Pepe López, quien ya se las ingenia para llevar esta iniciativa a otras naciones e inmortalizar las tradiciones de su urbe natal, bañada por el mar Caribe y acariciada por los aires de las montañas que la escoltan.