Creado en: agosto 21, 2024 a las 11:58 am.

UNEAC: ayer y hoy, pilar de Cuba

Fidel Castro fue un convencido que la cultura es lo primero que hay que salvar en un país. FOTO: Archivo de la UNEAC.

Fueron días tensos. Muchas horas de diálogos a chaquetón quitado. De miradas con lupas a un contexto signado por muchas hostilidades. Nacía la Revolución cubana y con ella se necesitaban de otros muchos partos como sostenes para andar firme por un camino repleto de complejidades.

Convencido Fidel Castro que la cultura es lo primero a salvar en un país hizo un alto entre tanto que hacer. Aunó a un grupo de artistas e intelectuales y durante varios días, ese gremio encontró la resonancia requerida para el establecimiento de un diálogo, donde nació la política cultural de la nación y, sobre todo, se escucharon todas las partes.

Reunidos en el teatro Cha­plin, hoy Karl Marx, en La Habana, donde tuvo lugar el Primer Congreso Nacional de Escritores y Artistas Cubanos germinó la idea –que tiene sus antecedentes los días 16, 23 y 30 de junio de 1961, en la Biblioteca Nacional–. En los debates de esas jornadas, Fidel y sus asistentes impulsaron el surgimiento de la Unión de escritores y artistas de Cuba, (UNEAC).


No podría ser otro el nombre. Aunar a ese grupo de firmas que había experimentado momentos, donde resultaba quimérico dedicarse a plenitud al arte era la palabra de orden. Entre esos hombres y mujeres, representantes de todas las creaciones: artes visuales, literatura, música… estaba parte de la fuerza que necesitaba el país para impulsar a la Revolución con olor a cascarón. Tuvo lugar un hecho sin precedentes hasta ese momento en Cuba.

«(…) les deseamos que siempre puedan mantener esa ejemplar unión, y que cada día sea más fraternal y más estrecha; les deseamos el mayor éxito como es­critores, como artistas, es decir, como creadores, pero, sobre todo, como semillas de la patria de ma­ñana», expresó el artífice de la organización.

Han transcurrido 63 años de esas palabras y no han perdido vigencia. A las puertas de su X Congreso, la UNEAC sigue en la búsqueda constante de estrechar alianzas entre sus miembros y resto de la sociedad en la protección y defensa de lo mejor de la cultura cubana.

«Esa unión de responsabilidades y la diversidad de genios creativos conforman la historia de la UNEAC –reconoce Lesbia Vent Dumois, vicepresidenta de la organización–. Que un músico piense en expresiones de la plástica y que un plástico hable de literatura resulta válido porque todo está vinculado a la creación. Y ese es uno de nuestros objetivos fundamentales».

Y aunque los espacios para los análisis están desde la base, sin dudas, los Congresos de la UNEAC se han convertido en puntales para el país.

«La existencia de la organización siempre estuvo ligada a un principio: la unidad de la diferencia –opina Francisco López Sacha, escritor y crítico de arte–. Por tanto, una de sus virtudes está en su propio nombre, donde se van a transparentar los grandes intereses patrios, los de la nación, la sociedad, la lucha contra el racismo, la lucha antimperialista, la independencia cultural. Son intereses muy sagrados.

«En la UNEAC se abrió sobre toda la idea de que la cultura es un bien colectivo de todos los cubanos, y sin cultura no somos nada».

Como ha ocurrido con cada cónclave, este X se parecerá a su contexto. Corresponderá a sus participantes trazar los caminos para seguir los pasos entre un escenario inflacionario, donde la cultura cada vez precisa ser menos carga para el Estado, pero sin perder su esencia de pertenecer a todo el pueblo.

«El rechazo a lo que anda mal y la necesidad de encontrar soluciones a los problemas que aquejan a la creación artística en las actuales circunstancias, fueron tópicos que enrutaron los debates previos al X Congreso de la UNEAC, por lo que la cita devendrá plataforma idónea para radiografiar con ojo crítico lo hecho y lo por hacer, en aras de aportar al bienestar y la espiritualidad de la nación y reforzar el papel movilizador, transformador e inclusivo de la organización –alega Laidi Fernández de Juan, intelectual–. El cónclave no ha de ser un mero pase de lista a lo logrado, sino una guía que en lo adelante perfile el trabajo de intelectuales y artistas y permita, desde la Cultura, enfrentar la oleada colonizadora y defender los valores que sustentan la identidad nacional».

Por tanto, no podía ser mejor el lema que encauce los debates: «la Cultura es la Patria». A semejanza de la fuerza con que expresó la frase Fernando Ortiz y que resume magistralmente el por qué hace 63 años emergió como necesidad la UNEAC tendrán que transcurrir los debates de un momento que volverá a marcar el calendario histórico de Cuba.

«Ese lema nos convoca a seguir en la batalla de la gestión cultural y de la defensa de la identidad nacional. Si como organización y como parte de la sociedad cubana no tenemos claro eso y que es también decir que la cultura es la Revolución cubana que nos mostró el camino, nos dio la luz, entonces estamos en muy mala posición», sintetiza Carlo Figueroa, presidente del Comité provincial de la UNEAC, en Sancti Spíritus.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *