Creado en: septiembre 14, 2024 a las 12:51 pm.
Victoriosa Viengsay
Hace 30 años, una jovencita de extraño nombre, recién egresada con Título de Oro de la enseñanza artística, se incorporó al elenco del Ballet Nacional de Cuba, con muchos sueños y metas por delante. Sus padres, que cumplieron misión diplomática en Laos, decidieron llamarla Viengsay, que en laosiano significa Victoria y sería como un don para aquella niña feliz e inquieta.
Probó la gimnasia artística, pero prefirió el ballet, con su duro entrenamiento físico y tantas exigencias técnico-artísticas para una formación plena. Después de la etapa elemental y de enseñanza media en esa especialidad, fue escogida para sumarse a las filas de la compañía fundada por los Alonso: Alicia, Fernando, Alberto. Viengsay Valdés estaba consciente de que apenas iniciaba entonces otra escuela.
Tres décadas han transcurrido ya, desde que empezó su trayectoria profesional hasta ostentar el rango de primera bailarina, y lo celebrará esta noche, con una gala en la Sala Avellaneda del Teatro Nacional, junto a la compañía danzaria que tanta gloria ha dado a Cuba y la cual dirige desde hace 4 años.
Reaparecerá en escena como Kitri, en ese clásico que es el ballet Don Quijote, en la reconocida versión cubana. El personaje de la simpática y valiente joven, enamorada del barbero Basilio aunque su padre se empeña en casarla con un ricachón, es uno de los preferidos de Viengsay Valdés, por su inspiración en danzas españolas pero siempre dentro de la técnica del ballet clásico. Aquí ella despliega todo su arsenal de saltos virtuosos, giros y piruetas deslumbrantes, equilibrios interminables.
Es una de las grandes Kitri. Pero también ha sobresalido en otros clásicos del repertorio mundial, como El lago de los cisnes o Giselle, siempre exigentes, sin obviar su desempeño en otras con un lenguaje contemporáneo.
Viengsay Valdés está considerada por la crítica internacional entre las mejores bailarinas del mundo, pues ha brillado en los más importantes escenarios, como los del Ballet Mariinski de San Petersburgo, el Bolshoi de Moscú o el del Washington Ballet. En 2020 recibió en Italia el Premio Positano de la Danza “Leonide Massine” en la categoría de mejor bailarina en la escena internacional.
De ella han elogiado su pasmosa seguridad técnica y teatral pasmosa; el disfrute de su baile a plenitud; la han calificado de bailarina sublime, espléndida, emotiva.
En una de sus Reflexiones publicadas en la prensa, el líder histórico de la Revolución Cubana, Comandante en Jefe Fidel Castro, también incluyó sus impresiones después de apreciar una grabación de “El lago de los cisnes”, protagonizada por Viengsay Valdés, cuando escribió: “!Hay actuaciones que son irrepetibles! exclamó un crítico europeo. Pienso igual. No concebía tan asombrosa elegancia y flexibilidad, sin la más mínima imprecisión. Este es el fruto de toda una escuela guiada por Alicia Alonso, genial inspiradora del Ballet Nacional de Cuba”.
Y ciertamente, ha correspondido a Viengsay Valdés, una de sus discípulas, asumir la dirección general de la compañía, continuar y engrandecer la obra heredada de la legendaria Alicia y los demás fundadores.
La responsabilidad y el compromiso son inmensos. Ella lo reconoce, y asume el reto con resolución y exigencia. Tiene muchos proyectos para ampliar el repertorio de la compañía, sin olvidar jamás las producciones de los grandes clásicos, y darle la oportunidad de probarse en papeles principales a los jóvenes talentos. Sigue de cerca además el engranaje de las escuelas de ballet, que aportarán los futuros miembros del colectivo.
Desde la Unión de Escritores y Artistas de Cuba ha sido una voz insistente en el reclamo de que la enseñanza de ballet se reanudara en Pinar del Río, después de 11 años que cesaran las captaciones. En este curso escolar ya volvieron a activarse los salones de la Escuela Profesional de Arte “Pedro Raúl Sánchez”, en la capital de la provincia más occidental, con 12 niños procedentes de talleres vocacionales. Profesores de dicho centro docente, el Centro Nacional de Enseñanza Artística y el Ballet Nacional de Cuba -con Viengsay Valdés al frente- hicieron realidad ese sueño.
Al recibir el Sello SESENTA ANIVERSARIO DE LA UNEAC, en nombre de la compañía, su directora destacó que ambos han estado muy unidos en cada etapa, creciendo, aportando, apoyando a la par el movimiento cultural tan grande que tiene Cuba; y ante la proximidad del X Congreso de la organización que agrupa a la vanguardia artística y literaria de nuestro país, anunciado para noviembre bajo la máxima de “La Cultura es la Patria”, vale recordar palabras pronunciadas por Viengsay Valdés al ser distinguida con la Orden “Félix Varela” de Primer Grado, al celebrarse 75 años del BNC: “La nación es su cultura. Por eso mantendremos y enriqueceremos un legado que manifiesta las esencias mismas de nuestra identidad. Una nación se siente orgullosa de este genuino y autóctono hito de la cultura: la creación de una compañía y de una escuela de ballet reconocida internacionalmente”.