Creado en: mayo 19, 2024 a las 07:37 am.
En tiempos de sol mambí, Martí revive en las décimas
En tiempos de sol mambí
y de pluma epistolar
hubiese querido hablar
un poco a José Martí.
Aquel siglo no viví;
nací para homenajearlo,
releerlo y estudiarlo
en la vida y en la escuela
casi como un alma en vela,
casi por santificarlo.
José Martí: hombre entero.
Hombre de su tiempo. Hombre
que no le cantó a su nombre,
más bien actuó de vocero,
aunque en mucho fue el primero
y el único y el mejor.
Hombre universal. Autor
de libros inagotables
y textos inmejorables.
Grande. Cubano mayor.
Ser eterno de antemano,
mirada independentista,
cotidiana y altruista,
orador en primer plano,
grandilocuente su mano,
su hermandad, su sacrificio,
su esmeradísimo oficio,
su libertad, su agudeza,
su voluntad, su cabeza,
su urgente y hondo ejercicio.
Martí calcó la belleza
y le quedó bien calcada.
Persiste tras su mirada
firme la delicadeza
textual, su naturaleza
matizada de ternura.
José Julián, qué figura.
Pepe, siempre desterrado,
sangre en la tinta y legado
de la cubana cultura.
Quiso libre a su país
y soñó una edad de oro
llena de hombres con decoro,
la exposición de París,
o cómo un niño es feliz
siempre que algo nuevo aprende,
de modo que el niño entiende
a Bebé, a Nené traviesa,
a Meñique…, y tal nobleza
del mundo actual lo defiende.
Martí esquiva cada enero
todas las definiciones
o sagradas oraciones,
solo fue un hombre sincero.
Un Maestro, el verdadero,
una brújula mambí.
En 2003 le escribí
unos versos inmaduros
pero demasiado puros.
Apenas los corregí:
Martí de estatua en la Plaza
como un mirador airoso
es todavía aquel mozo
que Abdalas siguen en masa.
Su imagen tierna repasa
constelaciones y trillos.
Autor de Versos sencillos,
ayuda inscrita en sus manos.
Padre de niños cubanos:
millones de Ismaelillos.
En Dos Ríos combatió
sobre un inmortal caballo
un 19 de mayo
que la Historia se tatuó.
Martí nunca se murió,
ya es cine, literatura,
música, acaso pintura,
perfomance, teatro, danza,
y aun más, es la esperanza
de un país y su cultura.